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Un abdomen abultado hace a las personas tres veces más propensas a sufrir pérdida de memoria EN LA VEJEZ

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Una investigación mostró que las personas que tienen un abdomen abultado y con exceso de grasa son tres veces más propensas a desarrollar pérdida de memoria y demencia en la vejez.

Los científicos encontraron que la gente con mucha grasa abdominal tiene menores niveles de la proteína encargada de controlar la forma en que el hígado metaboliza los lípidos.

La proteína, denominada PPARalpha, controla el metabolismo del hígado, pero también controla la memoria y el aprendizaje, pues reside en el hipocampo, una de las principales estructuras del cerebro y que desempeña funciones importantes en la memoria y el manejo del espacio.

Los autores de la investigación, pertenecientes a la Rush University de Chicago, EE.UU., explicaron que cuando las personas tienen sobrepeso, éstas agotan no sólo los niveles de PPARalpha en sus hígados, sino que los que están presentes en todo su organismo, incluyendo el cerebro.

Los científicos creen que sus hallazgos podrían ayudar a desarrollar una inyección para mejorar el aprendizaje y la memoria en las personas con demencia o Alzheimer.

"Necesitamos entender mejor cómo la grasa está conectada con la memoria y el aprendizaje, así podemos desarrollar un mecanismo para proteger la memoria y el aprendizaje", sostuvo el doctor Kalipada Pahan, uno de los autores del estudio, consignado por el diario británico "Daily Mail".

El científico detalló que una inyección con una dosis de PPARalpha en el hipocampo podría mejorar el aprendizaje y la memoria.

"Las futuras investigaciones deberían enfocarse en cómo podríamos potencialmente mantener un nivel normal de PPARalpha en el cerebro con el fin de evitar la pérdida de memoria", concluyó el investigador.

Tener una opinión objetiva de un amigo sería imposible

Percepción. Según un estudio, es difícil que una persona tenga una imagen negativa de alguien que le cae bien. No ocurre lo mismo con los extraños.
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Cuando alguien nos simpatiza, es "imposible" juzgarlo o evaluarlo de manera objetiva y es muy probable que tengamos una percepción positiva de esa persona incluso si ésta no se condice con la realidad. Esa fue la conclusión a la que llegó un estudio de la Universidad Tecnológica de Dresden, Alemania, que exploró cómo las personas evalúan el comportamiento de sí mismas, el de sus amistades y el de personas desconocidas.

El informe sugiere que juzgar con exactitud el comportamiento de los amigos es imposible porque las personas atribuyen cualidades positivas a la gente que les cae bien.

Según plantean los autores, la gente evalúa el comportamiento de sus amigos de manera más positiva que la forma en que lo hacen a personas extrañas, independientemente del desempeño real que tengan en diferentes situaciones.

"Al juzgar a las personas que ya conocemos, somos más o menos incapaces de ignorar las imágenes que de antemano tenemos de esas personas", señaló Daniel Leising, académico del plantel alemán, consignado por el diario británico "Daily Mail".

El nuevo estudio, publicado en Personality and Social Psychology Bulletin, examinó la forma en que las personas evalúan el comportamiento de sí mismas, el de sus amigos y el de personas desconocidas.

Leising resaltó que "éste es uno de los pocos estudios que han investigado la opinión en torno al comportamiento real de las personas".

Para desarrollar el estudio, Leising y sus colegas reclutaron a parejas de amigos, a quienes les pidieron describir sus personalidades, y varios días después los grabaron mientras participaban en situaciones desafiantes dentro del laboratorio.

Las tareas solicitadas incluyeron preguntas de cultura general -tales como "¿Qué altura tiene el Everest?"- y un ejercicio de roles en el que, entre otras cosas, los participantes tuvieron que llamar a un "vecino" (interpretado por un actor) y exigirle bajar el volumen de la música.

Luego, los participantes, sus amigos y los extraños analizaron las grabaciones, cada una de 90 segundos de duración.

"De esta forma pudimos comparar diferentes visiones sobre los mismos comportamientos", dijo Leising.

El autor sostuvo que si distintas personas vieron las mismas grabaciones pero las interpretaron de manera diferente, eso indicaría que la causa de esas interpretaciones disímiles podría no ser el contenido de lo que vieron, sino que un componente más subjetivo.

Los autores encontraron que podían predecir la opinión de los participantes sobre el comportamiento de sus amigos basándose en lo que pensaron de ellos previamente, incluso antes de mirar el video que registró su comportamiento.

"Tendemos a juzgar el comportamiento de las personas que conocemos de manera consistente con nuestra actitud general hacia ellos, por lo que atribuimos cualidades positivas al comportamiento de las personas que nos gustan", declaró el académico.

El informe destaca que la tendencia a idealizar a nuestros amigos podría actuar como un "adhesivo social" que incrementa la cohesión entre las personas.

"En nuestro pasado evolutivo, eso probablemente constituyó una ventaja mayor en términos de sobrevivencia".

Pero la otra cara de la moneda, sostuvo Leising, es que en una situación en particular no podemos evaluar objetivamente a las personas que conocemos, lo que podría ser problemático en algunos contextos.

"Por ejemplo, un profesor que considera muy inteligente a un estudiante, probablemente tendrá a sobreestimar el desempeño del alumno en un examen oral", graficó el experto.