Así como la ciudad de Puerto Montt tiene sus emblemas tradicionales, sus monumentos que honran a sus antepasados, sus expresiones de gratitud a los forjadores de su identidad, un deporte popular como el fútbol que es muy querido entre estas cuatro colinas -y que tiene su preferido ícono en el club profesional Deportes Puerto Montt- también ostenta sus baluartes recordatorios de una trayectoria con altibajos, pero basada en el espíritu de superación y con resultados siempre esperanzadores.
Uno de esos blasones popularmente distintivos -que ha sido y es todo un símbolo de Puertogol- es el mítico y denominado "Chancho Lorenzo", cuya voluminosa figura regresó -ojalá no fugazmente- para adornar la palestra del Estadio en Chinquihue con motivo de la velada futbolística de su reinauguración con los primeros planteles de Universidad de Chile y Unión Española. Y el solo anuncio por este Diario y medios de comunicación locales, de la llegada del rosado "cerdito" a la que fuera su casa por tantos años (17), revolucionó el ambiente y conmocionó a la hinchada y a la gente en general que se habían encariñado con el gigantesco, pero tierno, puerquito que por casi dos décadas fue el principal hincha y compañero de Deportes Puerto Montt cada vez que era anfitrión. Tal es su popularidad, que incluso connotados profesionales de la radio y televisión, a nivel nacional, recuerdan también con afecto a "Lorenzo" y recomiendan su restitución junto a la gramilla chinquihuana.
Lo que está claro es que el "chanchito" en cuestión es todo un ícono de la institución albiverde. Además de representar la enorme importancia que tiene la empresa privada en el respaldo al club, lo que ha sido determinante en su subsistencia y proyecciones.
Es evidente que el principal obstáculo para que "Lorenzo" se quede en el Estadio, es el asunto publicitario industrial. El logotipo que lleva no es el de la empresa que hoy tiene compromiso con Puertogol. Por ello, podría borrarse y dejarlo exclusivamente como parte del recinto. Todo lo cual depende, sin embargo, de la comprensión y buena voluntad de los empresarios que, si privilegian a Puerto Montt y su club, sabrán responder con generosidad a la preservación de su identidad deportiva.