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Rilan: donde el lujo chilote nace de la naturaleza

Hotelería. Una realidad impensada está dando frutos en Chiloé. Cuatro establecimientos que bordean los 60 millones de dólares están comenzando a cambiar el concepto turístico de la Isla, donde se está empezando a pensar "a lo grande", saliendo de su posicionamiento de la imagen del mochilero a turista de elite.
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Desde que 16 iglesias de Chiloé fueran declaradas en el 2000 por la Unesco Patrimonio de la Humanidad, comienza a nacer una proyección insospechada de adelantos y beneficios para el archipiélago. Comenzaron a establecerse nuevos profesionales y con ellos nuevos proyectos.

En los últimos dos años se han levantado proyectos turísticos por montos que se acercan a los 60 millones de dólares, en la idea de trasladar a un turismo internacional que busca proyectos ecológicos, ambientalistas, pero con nivel superior.

Dentro de cuatro o cinco proyectos que El Llanquihue visitó en reciente Fam Press, nos encontramos con esa nueva realidad sólo en archipiélago de Rilan, dónde buscan un turismo que permanezca más días y deje mayores recursos.

Los últimos establecimientos son de lujo, pero no a los acostumbrados de 5 estrellas donde todo relucía por fabricación extranjeras, especialmente los baños de artefactos españoles y piedras brasileñas. Aquí todo huele a natural, a bosques nativos, a lanares; todo es perfume de ciprés, mañío, avellano, ciruelillos, luma o tepú.

Todos son establecimientos dignos de conocer. A pesar de sus costos altos, están muy por debajo de los que se manejan en San Pedro de Atacama.

Una habitación puede encontrarse desde los 57 mil pesos por persona y por día en cama doble hasta un poco más de 337 mil, dependiendo si es doble o triple.

El recorrido junto a funcionarios de Sernatur Puerto Montt, Ancud y Castro, emprendimos el viaje hasta el camino Rilan, donde hay iglesia patrimonial (en mantención); luego tomamos el camino a Huenuco y de ahí a Huitay (donde hacen las famosas maja de manzana), el que lleva al complejo hotelero Centro de Ocio. Es como su nombre lo indica. Un lugar para flojear, para entretenerse con rafting, caballo, trekking y para quererse un spa.

Sus dueños, un matrimonio que se dedica a la producción de eventos en Santiago, han diseñado cada cabaña con un nombre que identifica a la zona, la cabaña hoja, la cabaña viento, y todas construidas en alerce, ciprés y mañió. Las tejuelas se llevaron desde Hornopirén.

En estos momentos hay nueve habitaciones y en construcción hay cabañas para llegar a 15 habitaciones levantadas en las 20 hectáreas.

La "cabaña Viento" se mueve cuando hay viento. Tiene tres pisos, en uno está la sala estar, en el segundo el dormitorio y en el tercero, una gran terraza que muestra el administrador de lugar Jonny Vidal.

"Aquí hay que olvidar el televisor, porque no hay. Aquí se viene a desconectar del mundo ya hay muchos senderos para conocer y descansar", comentó Jonny, contando que el establecimiento partió funcionando el 10 de febrero.

Todavía no terminan el proyecto y van en una inversión que sobrepasa los 3 millones de dólares.

Las habitaciones tienen un valor de 57 mil pesos diarios hasta 122 mil por persona y diariamente con comida de media pensión (cena o almuerzo).

Seguimos hacia Quilquico, donde está el Hotel Parque Quilquico, donde en medio de una charla degustamos ulmo sour con chips de papas negras y salsas, todo hecho en casa.

El Hotel tiene habitaciones y cabañas. Estas son con techos vivo. "Esto fue pensado para entregarle el mismo hábitat que tenían los microorganismos en la tierra", contó Lorena Vera.

Los dueños son Arturo Pérez, gerente general, Arturo Irarrázabal y Petero Deroroco, que construyeron un establecimiento amigable con el entorno.

Cuenta con habitaciones y palafitos familiares y los antiguos quinchos chilotes, sauna y sala de masajes, dos tinajas y piscina, restaurante abierto al público todos los días.

En este hotel para 46 personas hubo una inversión superior a los 3 millones de dólares.

Las tarifas van de 140 mil pesos matrimonial e incluye desayuno almuerzo o cena, y uso de áreas comunes de 200 mil pesos para cinco personas, en temporada baja y con un 20% para la gente de la región.

En el sector San José, llegamos al Hotel Spa Refugia, donde la anfitriona María José Eguiguren, con el gerente general Andrés Bravari, mostraron las 12 piezas, luego de haber degustado un pisco sour y un almuerzo muy chilote, pero muy fino y exquisito.

Las tarifas van entre los 270 y los 337 mil pesos aproximadamente, dependiendo si es doble o triple.

"Hemos tratado de mostrar un poco lo que es Chiloé en su gastronomía, en su artesanía y decoración", contó María José.

Este hotel comenzó a funcionar el año pasado. Andrés Bravari detalló que fue construido con maderas nobles de la zona y con plan de manejo. Mucho mañío, ulmo, tejuelas de alerce, todo aserrado y elaborado a pedido por los dueños.

Este es el primer hotel de lujo con todo incluido. Chiloé estaba posicionado como de paso para mochileros. "Hoy afortunadamente nos ha ayudado la conectividad. Los vuelos Lan llegan a Castro, lo que lo hace más amigable y alcanzable", dijo la anfitriona.

Al establecimiento se puede llegar también en vehículo arribando a Dalcahue, a 14 kilómetros. Hay spa excursiones y si el pasajero quiere se le hace masajes.

La inversión del hotel estuvo del orden de los 8 millones de dólares por parte de Browme e Irarrázabal Ltda (Patricio Browme, Ignacio Irarrázal), y además tienen como socio a Andrés Bravari, quien contó de la fauna que se puede conocer incluyendo flamencos.

Visten sus paredes muchas fotografías y pinturas de artistas reconocidos y mucha artesanía local.

Hay seis puntos con wi-fi si quieren contactarse, pero el único televisor está en el subterráneo.

El circuito eléctrico tiene sistema de optimización y cada habitación está señalada con un dibujo de iglesia patrimonial. Finalmente, el hotel casino tuvo una inversión de 30 millones de dólares. El casino cuenta con 19 mesas de juego y 230 máquinas tragamonedas.

"Hoy afortunadamente nos ha ayudado la conectividad: los vuelos Lan llegan al aeropuerto de Castro, y se hace más amigable y alcanzable llegar a Chiloé a descansar y vivir la naturaleza"

María José Eguiguren.

Anfitriona del Hotel Refugio.