Arzobispo llevó esperanzas a niños de centro "San Pablo" de población Bernardo O'Higgins
Semana Social. Un ambiente de alegría y de tranquilidad fue la señal que los niños reciben en su formación humana y cristiana en el Programa de Prevención Comunitaria, orientado a apoyar a niños de alta vulnerabilidad.
Una hermosa jornada vivieron ayer parte de los 100 niños y jóvenes que asisten diariamente al Programa de Prevención Comunitaria "San Pablo", con la visita que les hiciera el arzobispo de Puerto Montt, monseñor Cristián Caro, en el marco del Mes de la Solidaridad y la Semana Social.
El programa que dirige Mireya Árgel realiza trabajo de prevención y promoción de los derechos del niños y opera en la población Bernardo O"Higgins.
Autor de este programa es el Padre Darío Nicolás, presbítero de la Parroquia San Pablo, hace 20 años, con la idea de ayudar a erradicar a los niños de la calle para evitar que caigan en mal camino al encontrarse después de clases ociosos.
Su desarrollo ha sido de total éxito, al punto que dentro de miles de jóvenes que han pasado por ese centro, uno de ellos es médico, otros han hecho alguna ingeniería y muchos son funcionarios públicos, "pero lo más importante es que los niños vivían en situación muy difícil y con el ambiente en condiciones extremas podrían haber llegado hasta la cárcel, pero llegaron a entender la misión en la vida, encontrando la felicidad constituyendo buenos hogares", contó ayer el autor del único programa de este tipo existente en Puerto Montt.
dan el ejemplo
Natacha y Javiera son niñas de 14 y 11 años, que llevan varios años en el Programa y pronto lo dejarán, tras lograr insertarse adecuadamente en sus hogares.
Ambas contaron que cuando se vayan, lo que más echarán de menos "será el cariño de las tías".
Ellas las reciben con los brazos abiertos, y luego de tomar onces, comienzan las actividades como apoyo en las tareas, talleres de artesanía y desde hace poco estudios para formar una banda. La que será posible con la enseñanza que les están entregando dos instructores, Daniel Delgado, del Liceo de Hombres, y Paola Loayza, quienes junto al ayudante Juan Álvarez, están enseñando a tocar cajas, pífanos y clarines, acción que coordina la voluntaria de la Pastoral Social de la Parroquia, Ema Cárdenas.
su lugar
La casa donde opera este programa fue posible a través de la adjudicación de un proyecto de fondos Presidente de la República, el que contó con el apoyo del ex senador Sergio Páez. Su funcionamiento es posible con la subvención del Sename, algunos beneficios y aportes voluntarios. Gino Vacareza, del Sename, dijo que la subvención ayuda a 100 niños "a ocupar su tiempo libre después de clase con actividades y talleres, y de esta manera protegen el tema de la alta vulnerabilidad del sector" .
Por eso, todos esperan que el programa se fortalezca y perdure en el tiempo, aun cuando el padre Darío tiene fe que se mantendrá en el tiempo, pues de lo contrario "tendrán que buscar apoyo en la comunidad, empresas, vecinos, pero de seguir, sigue", afirma.
Mireya Árgel, que está 20 años a la cabeza de este programa, contó que han tenido desde el año 93 tres proyectos de financiamiento. En la Región hay tres programas de este tipo: Frutillar, Osorno y Puerto Montt, pero el único de Iglesia es el "San Pablo". Además reciben el apoyo de diversas universidades que aportan alumnos en práctica de Servicio Social, Psicología, Psicopedagogía, Técnico de Servicio Social y Pedagogía, que trabajan junto al personal profesional.