Centro de Bomberos
Me dirijo a usted a fin de plantearle nuestra más absoluta disconformidad y molestia por la nota aparecida en la edición de El Llanquihue del jueves 25 de julio, en relación con el proyecto de instalación de un centro de entrenamiento del Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt.
En efecto, este presidente nacional señaló expresamente que esta Junta Nacional, por acuerdo de su directorio nacional, resolvió desarrollar dos proyectos para la instalación de Centros de Entrenamiento y Capacitación para los voluntarios de los Cuerpos de Bomberos de nuestro país, los cuales estarán instalados uno en la Región de Tarapacá y el otro en la Región de Los Lagos, con el objetivo de acercar a las regiones tal actividad. En el caso específico del proyecto cuyo emplazamiento será de preferencia en la provincia de Llanquihue, se pretende atender las necesidades de los Cuerpos de Bomberos de las regiones comprendidas entre La Araucanía y Magallanes, lo que sin duda resulta a todas luces más beneficioso que la instalación de un centro de propiedad del Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt, pues tal como lo señalara es distinto atender a 600 bomberos que a más de 11 mil de ellos.
De igual manera, este presidente nacional no descartó la materialización del proyecto de Bomberos Puerto Montt, como erradamente aparece en la nota, pero claramente señalé que dicho proyecto debe circunscribirse a una situación similar a la de otros cuerpos de bomberos, en el sentido de que dichas instalaciones respondan y atiendan a las necesidades propias de entrenamiento de sus voluntarios; lo que por cierto representa un costo menor de implementación, y reservando las actividades de capacitación general de los integrantes de los cuerpos de bomberos de la zona sur al centro operado por la Academia Nacional de Bomberos dependiente de esta Junta Nacional. Finalmente, debo señalar a usted que esta Junta Nacional conoció en detalle el proyecto del Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt, el cual no se opone a nuestro objetivo de alcance nacional de otorgar gratuitamente capacitación a todos nuestros bomberos.
Agradeceré a usted tenga a bien publicar en el Diario El Llanquihue esta carta.
MIGUEL REYES NÚÑEZ. Pdte. Nacional Bomberos de Chile.
Robo hormiga
Qué difícil se pone la vida cuando se tiene que dudar de todo. Hace un par de días, compré en un supermercado "X" una caja de té de 100 bolsitas, también de una marca "X", bien adornada con fino celofán y herméticamente cerrada. En un momento de ocio, al observar tan lindo paquete, procedí delicadamente a abrirlo, pero grande fue mi sorpresa que al contar las bolsitas sólo había 92 en sus paquetitos individualizados. Pregunto: ¿Quién defiende a los estafados en este 8% real que pude observar en el silencio de mi casa? ¿Se pueden abrir estas cajas en los diferentes supermercados o tiendas de ventas? Creo sinceramente que no se puede ni contar ni pesar los diferentes artículos que cualquier ciudadano puede comprar. Por Dios que echo de menos a la rotisería, a la carnicería, a la frutería y al almacén de mi barrio. Qué honrado era el mercado del pasado.
RAMÓN BAHAMONDE CEA. Un ciudadano más.
Sobre mal servicio
El martes 20 de agosto, a las 16:04 horas, compré un producto en la tienda Peters Puerto Varas de esta ciudad, y cuando llegué a casa, y luego de probarlo, me di cuenta que no me acomodaba así que partí nuevamente al centro para cambiarlo. Llegué a las 17.45 horas con el producto y boleta en mano y solicité un cambio, puesto que el mouse que había adquirido no me acomodaba y necesitaba uno más pequeño.
Con gran sorpresa y molestia, recibí la respuesta que no lo podía cambiar, pues el "jefe" no estaba en esos momentos en la tienda para autorizar la nota de crédito. Luego, telefónicamente y delante de mí, el famoso "jefe" le preguntaba a la vendedora que porqué lo quería cambiar y que tendría que volver al día siguiente.
Lo que no sabe es que no es un tema de "autorizar" el cambio; como consumidora y amparada por la ley, ellos debieran haberme cambiado el producto de inmediato. Hice el reclamo correspondiente al Sernac, pero claro seguramente esto quedará sentando en algún escritorio.
Tampoco tengo la intención de hacer un gran terremoto por tres mil pesos. Voy más allá que eso, hablo de la calidad de servicio, de hacer las cosas bien. Es ese pensar del qué importa, que se queje nomás si, total, nadie hará nada. Es provocar un cambio en el pensar y actuar queriendo hacer las cosas bien. En sobresalir no porque soy el único que tiene cientos de productos electrónicos, sino porque la calidad de servicio es de primera; porque me pongo en los zapatos del cliente y soluciono sus problemas en forma oportuna. ¡Qué falta de tanta empatía en los seres humanos!
SUZANNE COLLINS V.O.