Rango ministerial para el deporte
El Ministerio del Deporte ya es realidad. Los deportistas y comunidad cifran grandes expectativas de despegue.
La espera que la cultura física chilena pueda desarrollarse mejor al amparo de un Ministerio del Deporte, se ha hecho realidad, cuando el Presidente de la República, Sebastián Piñera, promulgó el 19 de agosto de 2013 la nueva ley que crea el Ministerio del Deporte.
La finalidad esencial de este ente es entregar mejores herramientas para poder avanzar en materias deportivas. Eso sí hay que considerar que en su creación hubo una variada discusión especialmente por la génesis del proyecto que no contempló la participación de todos los especialistas que una iniciativa de este tipo hubiera requerido.
Se espera que este nuevo ministerio contribuya de modo determinante a estimular el deporte local, regional y nacional en sus distintas expresiones y con ello mejorar también la calidad de vida de los chilenos, junto con aportar oportunidades que motiven a la juventud a alejarse de las lacras sociales de estos tiempos, encarrilándose por el cultivo de los saludables hábitos del competir deportivo. Y donde haya también un lugar especial para la actividad física en familia y una cultura deportiva nacional.
Son muchas las expectativas, sobre todo regionales, que los deportistas tienen en este nuevo ministerio. Se desea que los recursos se distribuyan mejor y que la burocracia no dificulte la marcha de los proyectos de superación. Que no ocurra lo que pasa en Puerto Montt. Donde, por muchos años, los deportistas del remo, el ciclismo, el boxeo, el automovilismo, entre otros, intentan con mucho sacrificio -y casi en vano- mejorar sus rendimientos por falta de una adecuada infraestructura y equipamiento. De lo que sólo disfruta hoy el fútbol, que dispone de una joya de estadio como es el Chinquihue.
Que tampoco suceda lo que pasa con bastante frecuencia con aquellos destacados deportistas locales, que para poder asistir a eventos importantes deben punto menos que recurrir a la caridad pública para poder costear pasajes y estadía en los lugares de competiciones. Situaciones humillantes, que seguramente no se repetirán con una organización deportiva de sello ministerial.
El sueño es una realidad. Hagámoslo funcionar.