Otra de las preocupaciones latentes puertomontinas es la mantención de la integridad de sus patrimonios, como es el caso de su más representativo sector habitado, cual es el vinculado a su borde portuario-marítimo: el centenario Barrio Puerto, que en abril de este año 2019 fue declarado Monumento Nacional en la Categoría de Zona Típica y Pintoresca, dados sus atributos del más fiel compañero en la historia de Puerto Montt y sus cuatro colinas, que otean hacia el apacible Seno del Reloncaví. Clasificación y distinción que le fue conferida por el Ministerio de las Culturas, las Artes y el Patrimonio, Subsecretaría del Patrimonio Cultural.

Hace alguna semanas, abordamos aquí el tema, frente a dudas surgidas entre algunos de nuestros lectores respecto de la demolición de una antigua y simbólica casona (esquina Goecke-Chorrillos), pues no estaba definido si pertenecía al Barrio Puerto, al no conocerse con exactitud los límites de esa área urbana que también es Monumento Nacional.

La inquietud fue aclarada desde la Municipalidad porteña: los límites del sector Barrio Puerto de Puerto Montt abarcan desde calle Vicente Pérez Rosales hasta Angelmó mismo. Y desde el norte, a partir de la Avenida Crucero, hasta la costa. La extensión corresponde a 20 hectáreas y 133 predios, cuyos límites se hacen a partir del trazado original de la Población Miraflores, donde uno de sus principales referentes es el cerro Miramar, que es un balcón natural que ofrece una cercana vista panorámica excepcional al visitante, si es que desea apreciar en primera fila las características portuarias, insulares y de paisaje marino de Puerto Montt.

Esto significa que, por ley, ningún bien patrimonial de la señalada zona típica y monumento nacional, puede ser eliminado, ya que forma parte de la identidad de nuestra capital regional y su venerable pretérito. Es de esperar que la renovación de la Ley de Monumentos Nacionales, en proceso, sea la garantía que todos esperamos de preservación integral de estos tesoros del pasado que honran e identifican.

En el último tiempo todos sabemos lo crítica que se ha vuelto la situación hídrica de la zona centro norte del país. Según los antecedentes recopilados por la Dirección Meteorológica de Chile, en lo que va del año las precipitaciones entre las regiones de Coquimbo y Maule han alcanzado entre un 15 y 25% de lo considerado normal (precipitaciones entre 1981 y 2010).

Entre Bío Bío y Los Lagos, el indicador equivale al 65% de un año normal.

Lo anterior muestra que la situación también es crítica en la zona sur, dado que los agrosistemas requieren de más agua para funcionar adecuadamente.

Desde un punto de vista agrícola, en Agrollanquihue creemos que la solución pasa por incorporar de manera definitiva el riego como parte de las tecnologías a utilizar para enfrentar de mejor forma el casi permanente déficit hídrico que vemos ocurrirá en los próximos años. Esto sería más fácil si pudiésemos desarrollar obras de captación y canalización de agua que faciliten su utilización.

En la zona centro norte del país estas obras existen, pero al parecer son insuficientes.

Desgraciadamente hemos sido testigos de que la falta de agua ha limitado enormemente el desarrollo de rubros en particular la ganadería, en dicha zona.

Por lo mismo durante esta semana y dada nuestra relativa mejor condición, apelando a la solidaridad que caracteriza a los productores asociados a Fedeleche, hemos iniciado, en coordinación con el Ministerio de Agricultura, una campaña de colecta de recursos forrajeros para enviar a nuestros colegas ganaderos pequeños productores de dichas regiones con el fin de aminorar, en parte, sus carencias.

No tenemos duda que lograremos la meta propuesta. No obstante, creemos que la solución definitiva pasa por la construcción de una política agrícola nacional integral que ponga en real valor a la agricultura como eje de desarrollo de nuestro país.

El resto vendrá solo.

Eduardo Schwerter Añazco.