Otro de los atractivos patrimoniales de Puerto Montt, de gran valor histórico y cultural, que sufre de una, -lamentablemente tradicional-, endeble promoción y esmirriado trato, es el de los tocones de Pelluhuín-Bosque Fósil de Punta Pelluco; conjunto que fuera declarado Monumento Nacional en 1976 en la categoría Santuario de la Naturaleza. Y así afianzar su preservación.
Esta singular reliquia natural se encuentra a 5 km al sureste de esta capital regional, en el balneario de Pelluhuín, entre Pelluco y Coihuín, en una amplia planicie intermareal de las costas del mar interior del Seno de Reloncaví.
Los investigadores subrayan que se trata de uno de los escasos registros que existen en el país de alerces y cipreses de las Guaitecas fosilizados, cuya antigüedad bordea entre 42.600 y 49. 780 años. Lo que avala su enorme importancia para el patrimonio paleobotánico nacional.
Se estima que esos vestigios, -tocones, o parte de los troncos-, de aquellos bosques de alerces, fueron sepultados por las cenizas de una violenta erupción volcánica en la zona hace milenios.
Según las teorías científicas, el referido sitio del bosque fósil que estaba sumergido habría quedado a la vista por la acción del gran terremoto de 1960, además de conformar microacantilados y una quebrada. Ambiente donde se incuba un interesante espacio ecológico de subsistencia de fauna silvestre, de aves y peces.
Puerto Montt, al que siempre le están pidiendo hacer valer sus magnos tesoros prehistóricos e históricos, así como sus indiscutibles riquezas culturales -pero ocultos bajo un espeso manto de desidia y anestesiante parsimonia-, tiene hoy el ineludible deber de reaccionar -a través de sus autoridades y servicios- y consolidar rutas turístico-culturales muy significativas y de gran proyección. Donde tengan un protagonismo, -verdaderamente digno y trascendente-, relevantes reliquias del pasado que revelan la prehistoria de Puerto Montt -humana y natural-. A través de testimonios tan contundentes como Monte Verde y el Bosque Fósil de Punta Pelluco.