Cada mes de septiembre, se suceden una serie de pautas informativas oficiales, que llaman a usar cinturón de seguridad al viajar, a conducir con precaución y sin haber ingerido alcohol, o se reiteran las fiscalizaciones de la autoridad sanitaria sobre la venta de carnes o verduras para estas fiestas. Por otro lado, no falta el diputado que postula algún proyecto de ley exprés para agregar más días feriados a los ya existentes o como en este año, donde un legislador llamó a prohibir el consumo de alcohol en los actos internos tanto de las empresas como de Gobierno, para celebraciones como éstas o de fin de año; porque según dice, el alcohol facilita entre otras conductas, el acoso.

Y ni hablar de los sondeos que apuntan a cuánto gastan los chilenos para el "18", el número de autos que saldrá desde la capital o cuántos kilos se pueden llegar a subir ingiriendo tal o cual alimento para esta festividad. Pero pocos reparan, en las alzas desmedidas que aplican las empresas de buses a los pasajes. Aquello es reiterativo, preocupante y definitivamente perjudicial para el presupuesto familiar.

Los empresarios han dicho que el mercado se regula solo y que la demanda genera este efecto; pero lo cierto es que cuando las tarifas se incrementan de manera evidente sólo para estas fechas, pareciera ser necesario que algún organismo contralor efectivamente le preste atención a un tema que resulta ser indignante para el consumidor.

No es menor la variación de precios que experimentan, lo que termina incidiendo en los niveles de sobrendeudamiento de la población, que ya veíamos hace unos días, con motivo de la publicación de un estudio de la Universidad San Sebastián y Equifax, ubica a la Región de Los Lagos en el tercer lugar nacional con mayor índice de morosidad; producto justamente de situaciones como éstas. Si a eso sumamos la facilidad que hoy existe para acceder al crédito, podemos llegar a tener un cuadro preocupante, que ojalá podamos evitar; para que las fiestas no nos terminen pasando la cuenta.

Nuestros parques nacionales son el hogar de miles de especies de árboles, arbustos, animales y hongos, reservas de aire y agua limpios. Espacios compartidos y territorio protegido que nos pertenece a todos, los parques son nuestro patrimonio natural, es decir, ellos forman parte del legado que recibimos de nuestros antepasados, que vivimos en el presente y que trasmitiremos a las próximas generaciones.

Los parques nacionales son espacios públicos esencialmente democráticos. En una época de grandes desigualdades y gran desconexión entre las personas y la naturaleza, estos territorios públicos representan una oportunidad de acceso a las maravillas naturales de nuestro país y a sus beneficios ecosistémicos. Sin embargo, cada vez más sufrimos de ecoagnosia, termino que acuñó el investigador australiano Glenn Albrecht para referirse a ignorancia u olvido de la ecología, de la conciencia de ser partes de esta comunidad de vida de la que dependemos. Esta situación empeora a medida que cada generación se separa más de la naturaleza, olvidando algo que una vez conocimos. Como diría el consejero de Amigos de los Parques, Juan Pablo Orrego: una fuerte desconexión física y mental que tenemos hoy con la naturaleza que nos impide ver y sentir que "la biósfera es realmente nuestro cuerpo extendido", en cada respiro vivimos la experiencia, sin embargo, la olvidamos.

Esto genera problemas de salud física y mental en las personas y devastación de la naturaleza. Una manera de revertirlo es reconectándose con nuestra esencia en las áreas silvestres protegidas. Los parques nacionales existen para la conservación pero también para disfrutarlos, respetarlos, cuidarlos y quererlos. Para lograrlo, la experiencia del visitante debe ser satisfactoria, garantizar sus planes de manejo para la conservación, pero también contar con los servicios mínimos. Desde el punto de vista de infraestructura, realizar intervenciones respetuosas y funcionales, conectadas con el paisaje, con sentido de pertenencia, respeto por los materiales locales y calidad estética. Tenemos una verdadera oportunidad para pensar el sistema de áreas protegidas, tarea en la que todos estamos invitados a contribuir.

Eugenio Rengifo. Director Ejecutivo Amigos de los Parques.