Más de 227 mil personas presentan deudas impagas en la región, lo que la coloca en el tercer lugar nacional, tras Atacama y Antofagasta; según se desprende de la XXV Estudio de Morosidad de la Universidad San Sebastián y Equifax. El dato es alarmante, porque evidentemente refleja una situación económica compleja, y nos coloca tras dos regiones mineras, donde los efectos del precio del cobre se han dejado sentir en la población y explicarían el fenómeno.
Pero, ¿qué sucede en nuestra Región de Los Lagos, que el 36% de la población adeuda en promedio un millón cuatrocientos mil pesos? Monto que incluso representa un incremento del 11% respecto de igual período del año pasado, donde la deuda promediaba el millón doscientos mil pesos.
La explicación que emana desde la propia universidad, es la precariedad laboral, la calidad del empleo; cuestión que también ha advertido en más de alguna oportunidad este Diario. Porque una cosa es que la región siga luciendo con orgullo ser la que tiene la menor cesantía del país, y cuestión distinta es la calidad de los salarios. El dato no es menor, porque evidencia los bajos sueldos, en una región donde el costo de la vida no es bajo. Además, hay aquí una serie de gastos asociados, por ejemplo, a la condición climática, que no están en el norte del país.
Ahora, los especialistas de la Universidad San Sebastián, advierten que estas cifras de morosidad podrían incluso aumentar, debido a la baja de tasas que aplicó el Banco Central, lo que se traducirá en que más gente se endeudará, sin la certeza posterior de poder pagar.
También se dice que a la población le falta educación financiera y debiera ser ese un pilar a reforzar; cuestión que pudiendo ser cierta, choca con la dura realidad de miles de personas que deben hacer malabares para sobrevivir. De hecho, si hacemos el cruce entre el sueldo promedio de la región versus el costo de vida de la misma; encontramos la explicación a estos resultados.
¿Qué hacer para salir del círculo vicioso de la morosidad? Las soluciones no son mágicas, y por más educación financiera que exista, la precariedad del empleo que brinda esta región es el punto central, y es hacia donde debieran apuntar las autoridades, y que debiera motivar la reflexión del empresariado.