¡Cómo que falta de identidad! … Siempre la ha habido y la hay. La gran carencia -sí- es no tomarlas en cuenta -porque son varias- ni hacerlas relucir como corresponde a esa importancia de sello puertomontino.
De partida, nuestra ciudad puerto tiene una bandera propia, donde sobresale el que es su principal emblema desde siempre -la lancha chilota-, que va al medio del pabellón, en color negro y fondo blanco, entre dos franjas, una verde y otra azul. Finalizado el respectivo concurso, el 7 de febrero de 1975, fue mostrado el modelo y en la edición de El Llanquihue del día 9 de ese mes se lee: "La bandera de Puerto Montt nace oficialmente el 12 de febrero de 1975, al ser entregada a la ciudad e izada por Nadia I en un acto cívico-militar".
También, la capital regional consta de un Himno exclusivo. De letra y música de quien fuera director de nuestro Diario y premio nacional, Ewaldo Hohmann, fue oficializado el 15 de mayo de 1996, por Decreto Exento 2664, "para su difusión en los establecimientos educacionales en la comuna" y otras solemnidades.
La lancha chilota es sinónimo de Puerto Montt, históricamente. Lo comprueban las fotografías turísticas e inspiradas obras plásticas de talentosos pintores que han circulado por el planeta llevando el protagonismo único de aquellas inolvidables veleras. Las mismas que por muchos años hicieron de Angelmó la gran atracción del sur de Chile. Típica caleta que, aunque ya no es la misma de antaño, sigue manteniendo su esencia marina y su calidad simbólica de Puerto Montt.
Hablar de Angelmó y lanchas chilotas, es pensar en Puerto Montt. Mencionar la isla Tenglo, es señalar a Puerto Montt. Escuchar a Los Iracundos, es recordar a Puerto Montt y la escultura de los "enamorados". Tenemos bandera, escudo e himno propios. Y tanto más, que no hay espacio para ello...
Lo que pasa -eso sí, lamentablemente- es que somos abúlicos, acomplejados e indolentes. Tememos hacer valer nuestras virtudes. No hacemos promoción de nuestros símbolos. Apenas, lucimos la Bandera local y nunca cantamos el Himno. ¿Qué más?