Correo
A una Maestra Normalista
Con sinceridad de alma, hoy expreso mis afectos y admiración a mi apreciada colega Gladis Azócar Illezca, recién fallecida.
Egresada a los 19 años de la Escuela Normal de Ancud, espacio monumental de la educación chilena, hizo pedagogía singular en la Escuela 5 Miramar y fueron sus queridos alumnos, las hijas y los hijos de los barrios Carmela Carvajal, 18 de Septiembre, Lintz, Pichi Pelluco, Miramar.
Uno de ellos, conductor de un colectivo, me dice que guarda en su memoria, transparentes lecciones de ritmos musicales y de plena humanidad.
Durante su despedida, su nieta, también muy digna docente, narra su biografía y sabemos que Gladis nació en la hermosa villa de Tegualda un día 4 de agosto de 1939 y que en horas del terremoto del año 1960, pierde su casa en Puerto Montt.
Agrega una poética anécdota: por corte de agua, Gladis, camina hacia una vertiente en los límites de calle Los Leones y allí conoce a una persona que le ayuda a sostener los baldes y es Héctor, su futuro esposo y colega. Construyen un cálido hogar y luego nacerán sus hijos Vanessa Anaya (quien fuera mi alumna) y Carlos Alexis. Ellos sumarán los buenos nietos.
La casa de Gladis y Héctor está en la calle Bilbao, enterita de madera, de anchas puertas y ventanas y como la casa de los sueños familiares, seguirá dando fuego amoroso, sus luces de los días y de las noches, su café calentito y su pan en la mesa.
En el cuaderno pintado de la Maestra Gladis, se guardarán todos los rostros más queridos.
A días de iniciarse en Puerto Montt, una noble cita de profesores normalistas, según una convocatoria nacional, repasaremos la obra de los grandes maestras y maestros como Gladis y -al ritmo de un toque de campanas escolares-, repetiremos la "Oración a la Maestra", de la insigne poetisa nacional Gabriela Mistral.
NELSON NAVARRO CENDOYA.
Adiós a "Chechito"
Me dirijo a usted y a vuestro lectores de nuestra región, para hacer llegar mis respetos frente a la partida de un digno representante del pueblo sin nombre, Don Sergio Caucamán Caucamán, hijo de la ciudad chilota de Ancud, isla de Chiloé.
Un personaje de mi natal ciudad en la cual se desempeñaba en recorrer por muchos años la ciudad de a pie con su típico abrigo a la rodilla y su bolso de cuero, entregando correspondencia, y su caballerosidad intacta, acompañada siempre de una sonrisa y el respectivo saludo, dependiendo de la hora del día.
Era parte del paisaje de nuestra ciudad. Al pasar siempre se escuchaba que le decían: ¿Chechito, qué hora es? Y él levantaba la mirada al cielo y te contestaba la hora que era.
¿Y cómo lo haces, Chechito, si no tienes reloj? Y él amablemente te contestaba: "Mirando la posición del sol".
Fueron 90 años en aquella ciudad. Buen viaje, Chechito la Golla, un pueblo llora tu partida.
JULIO BARRIENTOS OYARZO.
Denuncia de concejal
No comparto la forma en que han reaccionado algunos concejales y el propio alcalde Gervoy Paredes, ante la denuncia de intento de cohecho del edil Juan Carlos Cuitiño, emplazándolo públicamente a corroborar sus dichos con pruebas materiales, bajo apercibimiento de ser descalificado a título de fantasioso consumado al estilo Netflix.
Tales opiniones, rasgando vestiduras en aras del principio de probidad a título personal en desmedro de la honorabilidad del edil denunciante, resultan ser a mi entender algo precipitadas e inconvenientes, ya que si bien es entendible la defensa de la propia honradez en estos casos, no lo es la descalificación "a priori" de la denuncia del concejal Cuitiño, que de ser efectiva revestiría la mayor gravedad, ya que ello podría provocar un efecto mordaza en otras autoridades o personas llamadas a fiscalizar, quienes se abstendrían de dar a conocer públicamente eventuales situaciones de este tipo, al no contar inicialmente con medios de prueba materiales para su comprobación, por temor a ser descalificadas por las demás autoridades municipales, tal como ha sucedido en este caso, con el nocivo efecto que ello conlleva para la salud de la cosa pública en su conjunto.
Por ello, antes que descalificar de entrada al denunciante, que entiendo no obtendría rédito político alguno de la compleja situación en la cual se ha puesto con motivo de sus afirmaciones, debiera manifestarse clara y primeramente en nuestras autoridades un mínimo de respeto hacia el denunciante, y por sobre todo un marcado interés común para el esclarecimiento de la situación, antes que hacer de ello una oportunidad para pregonar acerca de la probidad personal por parte de quienes ni siquiera han sido aludidos en la denuncia, para recién una vez agotadas las investigaciones del caso sacar conclusiones acerca de su veracidad o credibilidad.
NOFAL ABUD MAEZTU. Abogado. Ex Intendente de la Región de Los Lagos.