Más respeto a inmigración
Que había pequeños poblados o campamentos, y en su mayoría población flotante, en los alrededores del astillero de Malipulli, hoy es innegable, así como también lo es el aporte de los colonos a nuestra tierra. Y no me refiero sólo a los alemanes, a quien don Rudy Carrasco tanto denosta ( "Sobre peras con manzanas" del 25.06.19), si no también al desarrollo que nos permitieron los españoles. Estos poblados, que el señor Carrasco destaca románticamente, explotaban en forma tenue nuestro bosque y como mencionó don César Sánchez en su columna "Sobre frutillas y grosellas" (01 .07.19), con "métodos productivos propios de la baja Edad Media", que no eran dignos ya del potencial de la región, sumado el territorio inexplorado e inhabitado, que a la larga producía pérdidas para una nación en formación (teníamos menos de 40 años desde la declaración de independencia en 1818).
Escribir que a los alemanes les regalaron todo, y de forma peyorativa, huele a ignorancia por parte de las políticas públicas adoptadas por en Estado de Chile y la presidencia de Manuel Bulnes, quien destacó no sólo como héroe de guerra, si no también como el Presidente que hizo toma efectiva de los territorios más aislados de nuestro país para la época, como la región que hoy nos acoge o el Estrecho de Magallanes. Ademas, los colonos alemanes no sólo elevaron el nivel de la región a nivel tecnológico, sino también a nivel educativo e institucional, y esto es irrefutable.
Comparar la colonización alemana con los fenómenos migratorios actuales, me parece un absurdo al que nuestro mundo se ha acostumbrado. No sólo las matrices que llevaron a estas personas a moverse de sus tierras natales, no son las mismas a las inmigraciones actuales, donde hoy Chile asoma como el "Sueño Americano", sino que tampoco contaban con nuestras modernas formas de aceptación en el país ajeno como la famosa "integración" en pos de la diversidad.
Los alemanes de aquella época tampoco eran como los inmigrantes de hoy: un flujo que no conoce limites, países, ni menos culturas y que son un fenómeno mundial, potenciado por distintas instituciones supranacionales, donde Chile poco pito toca.
JORGE MARCHANT BRAHM. Presidente Club Alemán de Puerto Montt.
Colonización alemana
Concuerdo plenamente con el señor Alfredo Raddatz, en que los colonos alemanes del siglo XIX fueron personas honestas y laboriosas, que materializaron un esfuerzo admirable y que cumplieron a cabalidad las metas que el Gobierno de Chile había planteado a su política de colonización; sin embargo, me gustaría que el señor Raddatz desarrollase un poco más eso de que "merecen respeto y reconocimiento, porque hasta el linaje de los habitantes de esta zona es distinto".
¿Significa esto que hubo una mejoría del linaje?
¿Significa que los habitantes locales deberían estar reconocidos y agradecidos ante la oportunidad de emparentarse con la raza superior?
Por alguna razón, me acordé del atleta negro Jesse Owens arrasando con las medallas de oro en los Juegos Olímpicos de 1936, en Berlín, capital del Tercer Reich.
RENATO ALVARADO VIDAL.
Significado de identidad
Con respecto al artículo "Puerto Montt y su identidad", del investigador del Centro de Sistemas Públicos-CSP de la Universidad de Chile, Pablo Paredes, aparecido algunos días atrás en la columna de opinión del Diario El Llanquihue, el cual Ud. dirige, me permito hacer algunos alcances y opiniones:
Efectivamente, la ciudad de Puerto Montt ha perdido identidad a partir del proceso de modernización iniciado ya hace varias décadas, como lo hace notar Paredes.
También, cuando afirma que "hoy lo más representativo es una estatua desproporcionada en la costanera, inspirada en una canción compuesta por un conjunto extranjero...".
Sin embargo, la identidad va más allá del constructo material de un país, ciudad o pueblo. Es la impronta de un sujeto humano con el lugar donde ha nacido, es el sentido de pertenencia o arraigo que va determinando la existencia de una identidad cultural que la va valorando, cuidando y transmitiendo para que no desaparezca o se pierda.
Las sociedades, por otro lado, van evolucionando y, por ende, se transforman sus identidades por acción de procesos como la globalización. Un ejemplo es la irrupción de la cultura asiática en todo al país. Es porque al estudiar o analizar una determinada "identidad", debemos entenderla como un fenómeno que cambia a través del tiempo.
Es un imperativo mantener los rasgos propios que se han construido y configurado la identidad de Puerto Montt, haciendo que estos cambios coexistan sin que dañe la identidad. Insisto es el arraigo o sentido de pertenencia del habitante de esta ciudad, que fortalezca la posible identidad si aún podemos sostener una identidad en la ciudad de Puerto Montt.
FRANCISCO FERNÁNDEZ DE CABO.