Por estos días de junio (1865), según recuerda la historia, ha enterado 154 años de valiente y solidaria existencia -haciendo el bien y protegiendo las vidas y bienes de la comunidad frente a incendios y otras calamidades-, el siempre querido Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt.

Es una fecha muy significativa para los puertomontinos, que están inmensamente agradecidos del generoso servicio de sus valerosos caballeros del fuego. Quienes, por más de siglo y medio, les han cuidado y socorrido frente a las tragedias del fuego, de toda magnitud, y de otro tipo, todavía más destructivas, como el devastador terremoto de 1960. Donde Bomberos cumplió una admirable tarea de salvataje y auxilio a una población atemorizada, con sus casas destruidas y sin alimentos, con muertos y heridos. Cruento episodio, donde refulgió extraordinariamente la profunda vocación de servicio y humanitario espíritu, que inspira a todo voluntario bomberil de Puerto Montt.

En el presente, con nueve compañías, la señera institución se muestra bien equipada y dotada de modernos recursos para la extinción de los incendios, labor a la que también se han integrado con fervor voluntarias mujeres en los últimos años. Mediante sus campañas del sobre y sorteo de fin de año, logra allegar los fondos indispensables para adquirir material mayor y capacitar a sus integrantes. Junto con responder con eficiencia y nuevas estrategias al crecimiento de la ciudad e incremento de las emergencias. Prueba de lo cual son las 1 mil 300 salidas diarias en 2005, que aumentaron a 3 mil 500 en el año 2015. Lo que implica más costos operacionales, que se financian con aportes solidarios de la comunidad, de iniciativas benéficas de Bomberos, del Ministerio del Interior y subvención municipal, la que en adelante evitará se realice el evento del sobre y sus complicaciones.

Es momento también de recordar que esta bella historia de valor y generosidad está descrita en la obra del escritor Pablo Fábrega: "Historia del Cuerpo de Bomberos de Melipulli (Puerto Montt). 150 años de Formación Ciudadana (1865-2015)".

Se puede considerar la emigración como un fenómeno social donde una persona abandona voluntariamente el país en que reside para trasladarse a otro distinto. La decisión de migrar es tomada libremente por la persona por "razones de conveniencia personal". Así, este término se aplica a las personas y a sus familiares que van a otro país o región con miras de mejorar sus condiciones sociales y materiales. El desplazamiento de personas es una realidad del mundo contemporáneo a la que Chile no ha estado ajeno a lo largo de su historia. Los antecedentes más antiguos de inmigración en Chile se remontan a la Colonia. Durante el siglo XIX y parte del siglo XX hubo inmigraciones de árabes, judíos, británicos, italianos y, en esta zona, de alemanes. Mediante una política de inmigración selectiva, y fundamentalmente europea, se pretendió consolidar focos de desarrollo en regiones apartadas de baja densidad poblacional. A mediados del siglo XIX se aprobó una ley que otorgaba una cantidad de tierra a los colonos alemanes que se instalaran en la zona sur. Hoy nos hemos encontrado con un aspecto de nuestra manera de ser que desconocíamos: discriminadores y poco acogedores, mirando al inmigrante despectivamente, dejando de acoger sus miedos y sus necesidades. Ha resultado difícil la inclusión de quienes han buscado aquí un lugar digno. Las razones de fondo que motiva la migración son sabidas: pobreza, desempleo, etc. Son personas que no resisten más la situación que están viviendo y sufriendo en su patria, llevándolos a emprender una tarea a veces titánica, como es irse a otro país. ¿Cómo hacer para no discriminar por el color de piel, la indefensión o la pobreza? ¿Cómo ser capaces de ponernos en el lugar de un otro y acoger todo el sufrimiento, abandono y soledad que ha vivido o vive? ¿Nos hemos convertido en una sociedad individualista que piensa sólo en el bienestar personal? ¿Estamos dispuestos a tomar la oportunidad que nos ofrecen los inmigrantes y así crecer en empatía, humanidad y solidaridad? Los migrantes ya han sido víctimas de diferentes situaciones en sus países. ¿Seguiremos victimizándolos ahora en nuestro país, producto de la discriminación?

Magdalena Bravo Lira.