Y fue una gran fiesta deportiva y familiar, la futbolística del domingo por los puntos de la Copa Chile en el Estadio de Chinquihue, coronada espectacularmente por la resonante victoria de Deportes Puerto Montt , ni más ni menos que sobre Colo-Colo, por 2 goles a cero.
Casi 10 mil espectadores, -entre muchas familias, grupos de amigos, compañeros de trabajo, hombres y mujeres, de todas las edades, hartos niños y jóvenes-, abarrotaron el hermoso Estadio en Chinquihue, aquel histórico domingo 9 de junio de 2019, donde se confirmó que en esto del fútbol no hay adversario pequeño ni débil. Y, sobre todo, que cuando un club, un plantel, es apoyado por su público -con fervor, voluntad y perseverancia-, siempre se supera, saca fuerzas de flaqueza y sale adelante, logrando éxitos impensados y honrosas satisfacciones para su incondicional hinchada y el pueblo deportivo.
Fue reconfortante y alentador, comprobar las bondades de nuestro moderno y hermoso Estadio, con capacidad para grandes espectáculos futbolísticos. Especialmente, lleno de vida, convivencia y apasionado comportamiento en su vibración deportiva. Globos, banderolas, emblemas, agitados sin cesar, al ritmo de un acompasado vitoreo impulsando a la victoria, mientras la siempre fiel "Barra" porteña lideraba ese incansable respaldo, infundieron el más significativo relieve, a pesar de la lluvia, a una tarde especial de fútbol profesional junto al mar y la isla Tenglo. Lo que ya es historia, por la hazaña de doblegar a la escuadra del Cacique.
Si queremos que Deportes Puerto Montt retorne a la primera división de los grandes del fútbol chileno, es ese el espíritu, la conducta, el apoyo, que hay que entregar a nuestro equipo. Que los chicos de la dupla Vergara-Vargas no jueguen en casa en un estadio solitario y fantasmal que, en vez de alentar, deprime y acompleja. Que sea un reducto vibrante y avasallador, capaz de llevar al triunfo -con ese empuje- a la escuadra local.
Que se selle el compromiso de unidad público-club. La mejor garantía para un merecido ascenso.