Ocultas por el ruido de la contingencia suceden cosas importantes que, a veces, pasan inadvertidas. Si nos preguntan qué ha pasado en Chile durante los primeros meses de este año, se nos vendrán a la mente escándalos, viajes imprudentes, denuncias y otros hechos que nos avergüenzan. Pero, en este mismo período, silenciosamente, navegaba por nuestros canales australes el barco francés René Descartes, dejando tras de sí no solo una suave estela en la superficie de las aguas, sino que también un firme y resistente cable en el fondo submarino.

Partió desde el remoto Puerto Williams y acaba de finalizar su travesía en las cercanías de Puerto Montt. El cable permitirá conectar islas y localidades remotas con el resto de Chile y con el mundo. Es la nueva carretera austral. Es la fibra óptica austral. El proyecto de FOA forma parte del Plan Especial de Desarrollo de Zonas Extremas, una iniciativa histórica del Gobierno de Michelle Bachelet en favor de la descentralización y el desarrollo de las regiones, iniciado en 2015 y que contiene varias iniciativas para las regiones de Arica y Parinacota, Magallanes, Aysén, la provincia de Palena y la comuna de Cochamó e incluye iniciativas en infraestructura, desarrollo social, tecnología y conectividad. En buenahora, el gobierno supo comprender que ésta es la expresión de una estrategia de desarrollo y de una visión de país. Es el Estado impulsando obras de infraestructura que van en directo beneficio de la gente. Son familias que podrán conectarse más rápidamente, pero también son nuevas oportunidades para el emprendimiento y el desarrollo sustentable, que hoy requieren no un camino para extraer recursos naturales, sino sobre todo una red para transmitir información y conocimiento. Con este tipo de obras se revaloriza lo público y se reivindica lo mejor de nuestra tradición republicana. Se trata de una obra diseñada y aprobada por el gobierno anterior, que es continuada y puesta en marcha por la administración siguiente.

Podemos imaginar, por ejemplo, una red que llegue hasta la Antártida, el lugar donde seguramente se concentrará buena parte de la investigación científica del futuro.

Rabindranath Quinteros Lara.

Ayer, estuvo de aniversario la Asociación de Artistas Plásticos de Puerto Montt, también llamada "Pintores de Angelmó". Una organización, cuyo principal objetivo es potenciar y promover el oficio y arte de la pintura, como una forma de expresión e identidad cultural del sur de Chile. Y considerada también el gran patrimonio vivo local, que atesora en el cofre gigante de sus telas y cuadros el pasado y presente de nuestra ciudad puerto.

El 31 de mayo de 1991, esta agrupación obtuvo su personalidad jurídica, pero sus integrantes se aprecian como los fieles continuadores del Grupo Plástico Angelmó, que existió desde la década de los 50. Hoy, sus pintores integrantes son Lorenzo Stuardo, Gabriel Valerio, Ernesto Mancilla, Fernando Kuschel, José Luis Vargas, Cristián Contreras, Eduardo Rosas, Ana Cristina Campos, Gastón Ampuero, José Reyes, Gonzalo Muñoz, Christian Heyser y Mario Bozzano, quienes disponen de una pequeña galería en el sector de palafitos de la caleta porteña.

Ellos sienten y respetan el imperecedero y precursor legado de aquellos legendarios pintores de todo el país, que se congregaban en Angelmó en los años 50 para retratar el ir y venir de las embarcaciones construidas en madera nativa, llamadas lanchas chilotas, que llegaban desde las islas cercanas cargadas de variados productos con sus majestuosas velas al viento. Las mismas que inmortalizara e hiciera navegar por el mundo en sus telas, el gran pintor chillanejo Pacheco Altamirano. Tiempo aquel también de los maestros del pincel Manuel Maldonado, Hardy Wistuba, Héctor Wistuba, Gastón Gómez y muchos más, que dieron vida a una señera escuela pictórica al aire libre.

Dignamente, a la altura del acontecimiento, los pintores porteños han celebrado su cumpleaños. Montaron la exposición "Navegantes de Otros Tiempos" en el Diego Rivera, abierta hasta el 22 de este mes; realizaron la tarea de ornato en las bancas de la Plaza Germania y aledaños, y va el libro sobre los Pintores de Puerto Montt, que actualmente está terminando el historiador y profesor Jorge Torres.