En este mayo, -mes del patrimonio- , las históricas y simbólicas lanchas chilotas de Puerto Montt y la zona sur, no podían estar ausentes y aunque sólo fuera en la remembranza de sus proezas náuticas en los albores del transporte marítimo por estos confines, puesto que materialmente están casi ya desaparecidas.

Afortunadamente, los pintores de Angelmó -que en este mes también están de aniversario- se han acordado de las emblemáticas veleras. Y, bajo esa inspiración, mañana viernes 24, a las 19 horas, en la Sala Hardy Wistuba de la Casa del Arte, inaugurarán la muestra colectiva "Navegantes de Otros Tiempos". Una exposición especialmente dedicada a las lanchas chilotas y sus intrépidos navegantes, que por largo tiempo surcaron los mares sureños como indispensable conectividad auxiliadora del aislamiento y apoyo al comercio insular.

En esta oportunidad, exhibirán sus creaciones en torno a estos representativos bajeles, pintores de la talla de Lorenzo Stuardo, Gabriel Valerio, Ernesto Mancilla, Fernando Kuschel, José Luis Vargas, Cristián Contreras, Eduardo Rosas, Ana Cristina Campos, Gastón Ampuero, José Reyes y Gonzalo Muñoz, estando a cargo de la curadoría, Norka Maldonado (Licenciada en Arte).

Como lo han destacado los propios artistas plásticos porteños, lo novedoso de esta muestra es que cada obra presentada es un políptico, que consta de seis telas y en una dimensión de 1 metro 50 centímetros por lado. De manera, que -sólo de entrada a la sala- la exposición ya impactará, por su volumen, a los visitantes, que luego podrán admirar las afamadas barcas a vela desde diversos ángulos. Y enfocadas por el pincel creativo y los sentimientos personales de cada uno de los artistas plásticos expositores. Que desde antaño -liderados por el precursor Pacheco Altamirano- inmortalizaron las señeras lanchas chilotas y las hicieron navegar por el mundo en sus coloridas telas.

Pto. Montt las añora. Y clama su presencia distintiva en sus aguas, en homenaje a ese patrimonio.

El gobierno decidió echar pie atrás y a los menos postergar en dos años las nuevas tarifas que aplicarían en el transbordo en el Canal Yal, en Chiloé y entre Caleta La Arena y Puelche, en la Carretera Austral.

En ambos casos se pretendía establecer tarifas diferenciadas entre los habitantes de los sectores, es decir residentes; el resto de los chilenos y una tercera para los extranjeros, principalmente turistas que llegasen a estos atractivos y aislados sectores de nuestra región.

Los más perjudicados por esta nueva política serían los turistas extranjeros, a quienes se les cobraría hasta tres veces la tarifa de los residentes.

Pero en realidad esta discriminación perjudicaría a la actividad turística como tal y no sólo a los visitantes; perjudicaría una actividad que se ha convertido en una de las principales fuentes de ingresos para muchos habitantes y principal dinamizadora de las economías locales, sobre todo durante los veranos.

Así se lo hicimos saber a la ministra de Transportes cuando se anunció la aplicación de este nuevo decreto tarifario, que significaba, por ejemplo, en el caso del cruce del Canal Yal, tener que desembolsar hasta 50 mil pesos sólo en peajes y transbordos, para llegar desde Puerto Montt hasta Lemuy.

Situación que significaría un desincentivo enorme para los turistas y para quienes quieran emprender en esta actividad y también el aumento en los costos de la vida, que ya son altos en estos sectores, justamente por sus condiciones de aislamiento.

Se ha informado que esta medida se congeló por los siguientes dos años, pero en realidad lo que esperamos es que simplemente este tipo de políticas se arrojen a la basura y si de verdad se quiere colaborar en el desarrollo de sectores aislados, se trabaje en políticas que ayuden a las comunidades y sus habitantes; que incentiven la inversión y los emprendimientos; en definitiva que se reconozcan y premie el esfuerzo que significa vivir en zonas tan aisladas y no el castigo que implicaba este paso en falso.

Gabriel Ascencio Mansilla.