Agonizante, se encuentra la histórica Casa Ebel, simbólico patrimonio arquitectónico de Puerto Montt, ubicado en la céntrica Benavente esquina Balmaceda. Abandonada desde hace varios años, se está cayendo a pedazos, en medio de la indiferencia generalizada de la comunidad y sus autoridades, no obstante un permanente hablar de los imperativos de preservación de la identidad puertomontina desde sus tiempos pretéritos.
La casona en comento, junto a otras, fue construida -en esa área urbana- en los primeros decenios del siglo XX, en 1932, bajo el bello artístico estilo Art Nouveau, lo que todavía es admirable de apreciar, a pesar de su evidente deterioro. Atributos que le han permitido la distinción de inmueble de Conservación Histórica, según el Plan Regulador Comunal.
Al inicio del año 2014, por la misma razón del calamitoso estado de conservación en que estaba y sigue estando, los propietarios de la Casa Ebel manifestaron su decidida intención de trasladarla a otro sector, para que se levante en su lugar original un supermercado. Iniciativa que no fue bien recibida por la gente y tampoco prosperó, al predominar la voluntad de entendidos y legos en la materia de mantenerla en su sitio y recuperarla, en demostración de sagrado respeto a los testimonios del esfuerzo, creatividad y espíritu de superación de los antepasados locales.
El respaldo a esa postura fue expresado igual por profesionales independientes, que estudiaron el caso y propusieron soluciones técnicas, optando por la innovación y la creatividad inmobiliaria. Como el arquitecto Jean Piero Cherubini, quien se opuso al traslado, al igual que el hoy diputado Alejandro Bernales, en ese entonces seremi de Cultura, pues definitivamente se trata de un patrimonio genuino de Puerto Montt, que también fue clínica y colegio, donde han nacido y se han educado generaciones de porteños. Un querido y gran patrimonio nuestro, que hoy se resiste a desaparecer, no obstante el peso de los años, el descuido y la indolencia, de quienes le hacen la reverencia a la historia, pero que no son consecuentes en su actitud y hacer.