Las suertes distintas para unos y otros
NO SOLO HUBO FALLECIDOS. Atrasos y reprogramaciones evitaron la muerte de más víctimas.
Por lo menos cuatro personas se salvaron de la muerte, ya que estaban considerados en el viaje, pero que por distintas razones no formaron parte del vuelo.
Se trata de trabajadores de la empresa Salmones Camanchaca, según lo confirma el gerente general de esta empresa, Manuel Arriagada, quien señala que esta situación se debió a cambios de planes o atrasos. Lo concreto es que no viajaron.
Uno de ellos fue el caso de un chef de la empresa que no alcanzó a tomar el avión por un retraso matutino. Caso similar vivió un operador de la empresa, quien estaba desarrollando unos trámites que lo atrasaron y llamó para que no lo consideraran en el traslado.
Agradece a dios
Un caso especial es el de Daniel Aguilar, quien en su cuenta Facebook relata: "Siempre dejo mi vida en las manos de Dios, Aunque te he fallado mil veces, tú permaneces siendo fiel. Siento un tremendo nudo en mi corazón, que ni siquiera puedo hablar! Hoy tenía vuelo a Ayacara, a la misma hora y en la misma línea! Debía ir yo ahí... en esa avioneta. Pero Dios cambió mi vuelo".
Daniel es un buzo de Maullín, quien no pertenece a la empresa Camanchaca, sino a otra firma y fue por ello que no estaba "atado" al viaje de la otra compañía.
En declaraciones a LUN, relata que ha tenido vuelos complicados, "donde he cerrado mis ojos y me he entregado a lo peor. Con el tiempo ya se me hizo costumbre".
El gerente Arriagada sostuvo que es la primera vez que viven una tragedia de esta naturaleza, con la muerte de los cuatro trabajadores "que fallecieron al momento del impacto. Es una noticia que nos afecta a todos como familia".
Además comprometió el apoyo de la empresa para las familias de los trabajadores fallecidos, "en todo lo que podamos aportar como empresa, en este momento difícil".
El gerente explica que se trató de un vuelo habitual hacia la península de Ayacara, a centros de cultivos.
De entre los fallecidos, el dato particular llegó por parte del piloto del avión, Raimundo Montero, quien era hijo del dueño de la empresa de aviones y además ex alumno (hasta primero medio) del colegio Pumahue, el cual evitó impactar.