La muestra de emblemáticas casonas antiguas de Puerto Montt, en 10 obras del talentoso pintor Eduardo Rosas, habilitada en la sala multiuso del recinto Diego Rivera hasta el 20 de abril, mueve al enfoque de un tema en el que estamos deficitarios desde hace mucho tiempo: el cuidado y mantención de los valiosos patrimonios puertomontinos, varios de los cuales han caído derrumbados y desparecido no sólo por el peso de los años, sino también por una actitud negligente y desidiosa.
No es posible que debamos conformarnos sólo con las fotos y pinturas de esos verdaderos tesoros que recuerdan el devenir de la sociedad local y sus anhelos de superación. En circunstancias que -con amor, esmero y cuidado- , y apelando a las normativas de resguardo, esas reliquias bien pudieron preservarse como los mejores testigos vigentes de un pretérito digno de lucir.
Baste señalar que se han perdido 9 inmuebles patrimoniales en los últimos 20 años, de 17 que incluía el Plan Regulador de 1992 para ser protegidos por el artículo 60 de la Ley General de Urbanismo y Construcciones.
En la actualidad, la actitud indiferente hacia estos bienes de la historia de Puerto Montt, no ha cambiado mucho. Y la mejor demostración de esto es el ruinoso estado (se cae a pedazos) en que está la histórica Casa Ebel. Todo un símbolo de los estilos arquitectónicos del siglo XIX y comienzo del siglo XX, incorporados en la zona por los colonizadores europeos. Mientras que más expresiones de indolencia patrimonial se condensan en otros emblemas descuidados, como la "Silla del Presidente", más que centenario tronco de alerce donde las autoridades nacionales solían descansar en su recorridos por la zona; el monumento al Hombre de Mar, desparecido hace 34 años y hasta ahora no restituido, entre otros insignes vestigios del pasado. Entre los cuales, sobresale el prehistórico Monte Verde, globalmente reconocido, pero que aquí todavía carece del museo donde conservar las reliquias descubiertas, que confirman que Pto. Montt es la cuna de la civilización americana.
Por ahora, las pinturas de los artistas salvan.