Michelle Pérez González
El riesgo de desaparecer acecha a una antigua casona de Frutillar, ubicada en una zona típica patrimonial y pintoresca desde 2013, ya que su propietario analiza la posibilidad de impulsar nuevos proyectos en el lugar.
De acuerdo a sus intenciones, busca otorgar un nuevo giro a ese terreno, proyecto en el que no contemplaría mantener esa añosa casa, la que incluso podría ser demolida.
Se trata del inmueble que hoy ocupa la cafetería Duendes del Lago, un negocio que ha pasado a formar parte del imperdible recorrido por la costanera de esa ciudad. Marca que ha crecido junto al lago Llanquihue y que en la actualidad alberga a 12 trabajadores, que -de materializarse esa propuesta- quedarían sin empleo, conforme anticipó Ximena Schott, dueña del negocio.
En proyecto
Nabyl Sulayman, propietario del terreno y de la casa donde funciona ese local, explica que la decisión está motivada por el fin del contrato de arriendo.
Argumenta que hace un año adquirió tal bien y que en ese instante accedió a que el local comercial siguiera funcionando. "Y ahora se terminó el contrato y no sé cuál sería el problema. Las causas de no renovar es porque yo tengo un proyecto allí. Lamentablemente, no podría anticipar qué proyecto es", reconoce.
Zona protegida
Sin embargo, existe una todavía tibia oposición a la medida, la que hace presente Jorge Weil, ex presidente de la Junta de Vecinos del sector, quien argumenta que "esta parte baja de Frutillar, en la que está esta superficie, fue declarada zona típica patrimonial y pintoresca en el año 2013".
El actual vigía del Patrimonio Cultural de la Región de Los Lagos, sostiene que un decreto en tal sentido fue publicado en el Diario Oficial, "por lo tanto está bajo la protección de la Ley de Monumentos Nacionales".
Weil añade que esta es una norma "con nivel constitucional, no una ley común y corriente. Por lo tanto, el que la infringe, está violando eso", advirtió el directivo.
Aseguró que al verificar si existen solicitudes para intervenir ese inmueble patrimonial, no tuvo éxito cuando hizo ese ejercicio ante el Consejo de Monumentos Nacionales. Sin embargo, admitió desconocer si existe alguna acción que esté emprendiendo la Municipalidad de Frutillar, que esté dirigida a evitar que se termine con esa parte de la historia de la ciudad lacustre.
Al ser requerido el alcalde Claus Lindemann, admitió que tampoco han recibido una petición al respecto.
Además, expuso que para hacerlo "hay una serie de procesos que cumplir, ante cualquier modificación arquitectónica que se proyecte realizar en edificaciones que están dentro del área típica de Frutillar Bajo. En esta zona no se puede hacer cambios en forma arbitraria".
Reiteró que a nivel del municipio desconocen que esté en trámite una petición de esas características, ni que hayan extendido alguna autorización. "No tenemos ningún antecedente", insistió.
Definen destino
Según Ricardo Yáñez, de la Asociación Regional de Guías Turísticos, aseguró conocer cuál será el destino de esa propiedad. "Hay un proyecto inmobiliario, que implica derrumbar la casa, para hacer una galería comercial y estacionamientos", reveló.
Yáñez dijo lamentar que se esté acercando el fin de ese bien inmueble y criticó que las autoridades "no estén respetando una tradición arquitectónica de Frutillar".