Familias rompen tabú del pole dance y defienden su práctica
CAMBIO DE MIRADA. El más conocido como el baile en barra o del "caño", va saliendo del closet progresivamente. Padres apoyan la práctica de este deporte.
Para seguir rompiendo los prejuicios, Christopher Renner, mientras observaba la exhibición de Integral Pole Dances & fitness en Plaza de Armas, decidió inscribir a sus dos hijas en la academia.
Y es que para el padre, el pole dance o baile en barra, es un deporte con múltiples beneficios, que no debe mirarse con ojos prejuiciosos. "Desde el hogar estamos contra la discriminación y valoramos la diversidad en todo sentido. Una de mis cinco hijos es transgénero y apreciamos lo distinto", aseguró Renner que vive en Puerto Varas.
Pero no todos piensan así, muchos asocian esta práctica con un baile erótico. La venezolana Francis Escobar, directora de Integral Pole Dances & fitness, explicó que "como el origen de este fue en un cabaret en los años 20' la gente lo mira así. Pero esto ha dado un vuelco, porque ahora es un deporte que practican personas de todas las edades".
Escobar destacó que "en Venezuela esta actividad está más abierta y en el centro de Chile incluso hay campeones mundiales. Sin embargo, en el sur del país la gente es un poco más cerrada".
Patricia Sánchez es una de las mamás que acompañó a su hija María Victoria Millán, de 12 años, a la presentación en público. "Este deporte es integral, promueve la vida sana, destaca su femineidad, la seguridad en sí misma", afirmó la madre, quien además confidenció que "al principio había un poco de prejuicios, especialmente de parte del papá, por un tema de estereotipos antiguos. Sin embargo, hemos ido aprendiendo y acompañando a nuestra hija en las competencias".
Andrea Pérez, mamá de Amanda Reyes, de 10 años, que también estuvo demostrando su talento y destreza en Plaza de Armas, expresó que "le ha hecho muy bien, porque libera toda su energía y aprovecha su potencial y la disciplina. Es importante que las familias evolucionen, saquen el machismo y nos superemos como sociedad". En Puerto Montt, hay siete escuelas de Pole Dance, que han ido de a poco derribando tabúes y ganando adeptos desde niños hasta la tercera edad.