La larga crisis del sector pesquero en materia de sustentabilidad, que se arrastra desde hace décadas, alcanzó su punto más alto cuando se vio envuelta en otra crisis, la de la política, larvada también por largo tiempo. Como consecuencia de ello, ningún cambio importante había podido aprobarse, pese a que este sector necesita -por la naturaleza de su actividad- de permanentes adaptaciones en su marco regulatorio.
Con todo, favorablemente, las cosas están comenzando a avanzar.
El Congreso, tras una ardua tramitación, despachó la ley que fortalece a Sernapesca, que cambia el foco de la fiscalización haciéndose cargo de la cadena con una mirada más integral de la actividad pesquera, asumiendo la responsabilidad que exige poner atajo efectivo a la pesca ilegal que tanto daño le hace a la sustentabilidad de los recursos. La ley que regula la captura de la jibia -que fue aprobada por amplia mayoría- no será vetada por el Ejecutivo. La nueva legislación se alinea con el código de conducta para la pesca responsable promovido por la FAO.
Desde la Comisión de Pesca del Senado logramos que el Gobierno cambiara su criterio de impulsar una reforma puntual de la Ley Pesca, centrada sólo en limitar la renovación automática de las licencias industriales. Incorporamos así otras modificaciones concretas, tales como el rol del Estado, el registro pesquero artesanal, la eliminación progresiva de la pesca de arrastre, la promoción del consumo humano, la plataforma social, el fraccionamiento de las cuotas de pesca y las perforaciones a las zonas exclusivas de pesca artesanal.
De esta manera, lentamente, estamos pasando de un debate centrado en la legitimidad de la Ley Longueira, a un escenario de reformas que apuntan a solucionar cada uno de los problemas que aquejan al sector, en especial a los pescadores artesanales. Desde la comisión de Pesca del Senado que me toca presidir, hemos tratado de generar el espacio para una discusión realista y transparente, lejos de la influencia de intereses particulares de determinados gremios o empresas y lejos también de las trincheras que no permiten darle a Chile la legislación pesquera que se merece. Nuestro compromiso es claro y categórico con el desarrollo sustentable de la actividad, en especial con los pescadores artesanales que quieren seguir proveyendo las mesas de los chilenos con productos de calidad, de forma segura, estable y sostenible en el tiempo.
Rabindranath Quinteros Lara. Senador de la República. Región de Los Lagos.