El cambio climático, la acción depredadora de las empresas forestales, entre otros factores han llevado en los últimos años a amplios sectores de nuestra región a tener que abastecerse de agua potable mediante su entrega a través de camiones aljibes.
El sábado recién pasado entró en vigencia el decreto 41, el cual norma las condiciones sanitarias para la provisión del agua mediante estos, también entrega lineamientos a la cantidad de litros que se entrega cada persona.
Este entró en vigencia luego de 3 años, uno de los aspectos más relevantes es el que fija el volumen de agua distribuida para el consumo diario por persona, este no podrá ser inferior a 100 litros, adoptando lo señalado por la Organización Mundial de la Salud como estándar.
Resulta apropiado que este instrumento aporte definiciones, estándares de calidad y cantidad de agua mínima por persona; además, de establecer un mecanismo para autorizar a los prestadores del servicio, al igual que procedimiento de fiscalización y sancionatorios.
Llevar agua en camiones aljibes es una solución absolutamente insuficiente, seamos claros, en la mayoría de las localidades falta infraestructura: como nuevos Comités de Agua Potable, nuevos sondajes o pozos profundos, mejoramientos o extensiones de redes en aquellas localidades que por crecimiento de la población han quedado colapsados los pozos existentes. Así como, también y no menos importante, por la imposibilidad de obtener derechos de aprovechamiento de agua, porque han sido solicitados para la generación de energía o procesos productivos en desmedros del consumo humano.
Al igual que es importante seguir avanzando en el fortalecimiento de normas de conservación del medioambiente y la regulación de actividades industriales.
Por cierto, es una tarea urgente conseguir la derogación de normas que detienen los procesos de regeneración del ecosistema como por ejemplo el Decreto Ley 701, vinculado a la industria forestal, que tanto daño ha provocado.
Como ejemplo de lo anterior, rechazo categóricamente la construcción de la Central Hidroeléctrica de Pasada El Gato en la ribera norte del Río Maullín, sector de Paraguay Chico, Comuna de Los Muermos. No cabe duda, los impactos negativos que sufrirán los recursos naturales y su biodiversidad, así como, la modificación de un tramo importante del cauce del río, sobre la navegación y las actividades deportivas. Del mismo modo, cabe poner de atención a la realización de la consulta indígena en las comunidades presentes.
Emilia Nuyado Ancapichún. Diputada de la República. Distrito 25.