A contar de este domingo 3 de febrero, el comercio ya no entregará más bolsas plásticas, a raíz de la entrada en vigencia de una ley que contó con el apoyo transversal de las diversas bancadas políticas. La iniciativa ambiental hace eco del primer principio de la Ley de Responsabilidad Extendida al Productor (REP), que busca disminuir la generación de residuos que dañan gravemente el medio ambiente y en especial nuestros océanos.
Para la puesta en marcha de esta iniciativa, el Gobierno les dio seis meses de plazo al gran comercio para poner fin a la entrega de bolsas, mientras que los pequeños y medianos negocios tendrán un plazo de dos años para cumplir con la normativa.
De este modo, Chile se convertirá en el primer país de Latinoamérica en eliminar las bolsas plásticas.
La medida, desde luego es alabada por todos, porque el espíritu es muy altruista; sin embargo, hay algunos aspectos que conviene relevar, para ver de qué modo -en la práctica-, se ejecutará la iniciativa.
Porque según señala la ley, son los municipios los llamados a fiscalizar esta medida; mientras que el Ministerio del Medio Ambiente promoverá e implementará programas de educación ambiental dirigidos a la ciudadanía, con el fin de crear conciencia sobre este verdadero cambio cultural. Y en ellos se deberán analizar las consecuencias del uso de bolsas plásticas del comercio que se encuentren en circulación y su impacto en el ecosistema, incluyendo su reutilización y reciclaje.
No obstante, la primera interrogante que surge es si acaso los municipios tendrán la capacidad para llevar a cabo dicha fiscalización y que no ocurra, como ya sucedió, con la ley que norma el tránsito en zonas urbanas a una velocidad máxima de 50 kilómetros por hora; cuestión que no se cumple, por falta de conciencia de la población y por la nula o escasa fiscalización que se puede hacer al respecto.
Y a propósito de la toma de conciencia de la población, habrá que preguntarse si los programas de educación ambiental que debía impulsar el ministerio dieron resultados o no, a una semana de la aplicación de la norma.
Y lo otro que resulta necesario de abordar, es ver el nivel de empatía efectiva que tiene el gran comercio con esta iniciativa, quienes publicitan un compromiso superior con el medio ambiente, eliminando el plástico e incluso el papel que utilizaban en sus catálogos; pero ahora venden bolsas reutilizables que antes, cuando eran de plástico, regalaban.
En consecuencia, a días de la entrada en vigencia de esta iniciativa legal que viene transformar los hábitos de la población, resulta necesario también, dar respuesta a algunas de estas interrogantes, que asoman cada vez que uno va al supermercado…