¿Inglés al debe?
No es extraño hoy escuchar a autoridades referirse a la importancia del inglés como herramienta para el desarrollo profesional.
Lamentablemente, tales declaraciones no ayudan mucho al mejoramiento de la enseñanza-aprendizaje de esta lengua en el mundo globalizado y/o académico.
A menudo, suena más a 'embrollo' que a motivación cuando se habla de multimedia, aulas multisensoriales, uso de redes, alumnos seguros y felices (pedagogía del amor). Se parece a marketing, en el sentido de "propaganda y agitación". Ello confunde a profesores en lugar de orientarlos hacia una eficiencia y eficacia de la enseñanza.
Además, las disparidades hoy entre las mallas que forman profesores de inglés en Chile se suman a lo anterior. Hace varias décadas, que las "metodologías" han venido perdiendo su Norte por sobre-confianza en tecnologías y declaraciones accesorias.
Desde las deficiencias de "didácticas especiales" en la formación de profesores, a la reclusión del inglés en "centros o coordinaciones de idiomas", el nivel académico de esta lengua se ve bastante desmejorado al ubicarse sólo como requisito de titulación.
Las primeras van desde la pobreza de contenidos en enfoques (teorías), métodos (camino hacia…) y técnicas (actividades) basados en las contribuciones de la "lingüística aplicada" (LA) y la "psicología del aprendizaje verbal", pilares fundamentales en una metodología de enseñanza. Las omisiones de pasos o momentos en una clase para presentar, ejercitar y usar la lengua en situaciones comunicativas (léxico, sintaxis, fonética, fonología, fluidez y precisión), aumentan las dificultades para la producción y comprensión de la lengua (oral /escrita).
Conclusión: no se puede formar un profesor de inglés sin metodologías específicas o a medias.
Hoy por hoy, la confianza desmesurada en las TICs se confunde con un enfoque didáctico efectivo basado en un verdadero "enfoque comunicativo". La confusión - dicho en lenguaje figurado - entre "anestesia y magnesia" seguirá erróneamente marcando rumbos.
Seguiremos por mucho tiempo al debe con la enseñanza de esta lengua, a pesar de una "campaña por un Chile bilingüe".
Entre otras cosas, la meta bien pudiera ser emular los logros demostrados por un carabinero bilingüe o la fluidez demostrada por un funcionario PDI en el aeropuerto.
O sea, se pueden lograr competencias comunicativas en esta lengua si mejoramos su enseñanza a nivel de todo el sistema educacional. ¡Pongámonos racionales!
OMER SILVA VILLENA. Profesor Lingüista.
Carta desde la cárcel
El motivo de esta carta es porque se nos acusa de un delito del cual no fuimos partícipes.
Esto sucede sin motivo alguno, puesto que no existen pruebas para que se nos acuse del delito de robo en lugar habitado e incendio.
Llevamos más de 100 días en prisión preventiva, y recién hace un par de días fueron enviados los peritajes para reunir evidencias de los hechos ocurridos.
Sin más que agregar, presentamos así los motivos de nuestra huelga de hambre líquida.
Esperamos una pronta respuesta y comprensión, además que se aclaren los hechos, o nos veremos obligados a tomar decisiones más drásticas.
LUIS SALINAS GONZÁLEZ, ROLANDO ARRIAGADA PÉREZ y MARIO BARRIENTOS NAVARRETE, internos del Módulo 22 del penal Alto Bonito.
Jibarización del lenguaje
Recientemente, la Real Academia Española de la Lengua informó que aceptaba, en el caso de Chile, el uso del término "ganar", para señalar posicionarse en un determinado lugar, es reconocido por la institución, algo que, en chileno, conocemos como "gánate o gánese".
Esta medida no es un hecho menor, toda vez que estamos siendo testigos de una jibarización del lenguaje, una involución en cuanto a la riqueza que nos ofrece el idioma español incorporando conceptos inexistentes, como fue en su momento el "todes" el cual, afortunadamente, la RAE desechó como opción válida para referirse a hombres y mujeres.
Ya hemos sido testigos de cómo la tecnología cambió nuestras formas de interacción, incluyendo el lenguaje, cambio que hemos aceptado o, mas bien, resignados a aceptarlo a base de la aprobación de las mayorías.
De seguir este camino, probablemente, entremos en un espiral sin retorno hacia la precariedad de nuestro idioma, nuestras formas de relacionarnos e interactuar.
GUILLERMINA GUZMÁN LEAL. Magíster en Lingüística Hispánica. Profesora de Castellano PUC. RODRIGO DURÁN GUZMÁN. Magíster en Comunicación. Periodista UDP.