Postulando a un "Nobel" de docencia
El profesor porteño Felipe Ramírez clasificó entre los 50 mejores docentes del mundo, que van por el preciado galardón.
Cada vez se acerca más al "Premio Nobel de la Enseñanza", el destacado docente puertomontino Felipe Ramírez Godoy, quien -en medio de la satisfacción y orgullo de Puerto Montt y su gente- acaba de ser seleccionado entre los 50 mejores profesores del mundo, tras una postulación de 30 mil de más de 100 países. Es el único chileno finalista, tras su primer avance ganando la versión nacional del Global Teacher Prize y ahora al conquistar un cupo entre los selectos maestros del globo que aspiran al máximo galardón.
En marzo, se conocerá el nombre de quien será el mejor profesor del mundo y ganador de 1 millón de dólares. Y para lo cual las esperanzas del porteño Ramírez se potencian con el respaldo moral local.
El director y docente de la Escuela Hospitalaria de Puerto Montt sobresale por sus grandes virtudes en el ejercicio del magisterio. Donde resaltan su estilo humanitario y creativo, su profunda vocación y admirable calidad humana. Pero, sobre todo, su talento innovador para enseñar y formar a sus alumnos con el mayor cariño y dedicación. Como lo ha resaltado Joaquín Walker, director ejecutivo de Elige Educar, Felipe Ramírez Godoy "es un profesor que innova cada día en la sala de clases, buscando nuevas formas para motivar e inspirar a sus alumnos".
Sus pupilos son jóvenes que, por distintos motivos de salud, no pueden disponer de una educación tradicional. Pero el talento y entrega a la causa del galardonado maestro, siempre logran los objetivos a través de la creatividad. Como su "Poemario a Color", consistente en un libro de 2 metros y de 20 páginas, donde los estudiantes elaboraron varias materias. Sus técnicas están relacionadas con el arte, con las que ha podido instruir a sus alumnos en ecología, patrimonio inmaterial, historia y tradiciones; complementado con salidas a terreno y visitas a diversas localidades del borde costero.
Cualquiera sea el resultado del evento, el profesor Felipe Ramírez ya es todo un símbolo de la gran jerarquía docente, temple y vocación de los queridos maestros sureños.