La dotación completa de estudiantes era de 32 alumnos que se iban a licenciar el año 1968. Cuatro de ellos, era para secretariado administrativo, 8 contadores y 20 agentes comerciales y viajantes. Sin embargo, en la actualidad, sólo 18 pudieron estar presentes en la ceremonia del 2018 , ya que algunos no pudieron asistir por la distancia y otros ya están fallecidos.
Las oleadas del tiempo renuevan el espíritu de un grupo de hombres y mujeres, que debieron celebrar su licenciatura de enseñanza media en 1968, pero por un detalle del destino lo hicieron 50 años después en el Instituto Comercial de Puerto Montt.
Y es que la generación de jóvenes de corazón fue castigada por los directivos del establecimiento hace 5 décadas, por querer ocupar el dinero reunido de la "caja chica" del curso para ayudar a dos de sus compañeros.
El misterio de ese difícil momento, pero hoy, gracioso incidente, fue revelado por uno de sus protagonistas. Carlos Guaiquin, integrante del 4to medio de "oro", detalla que "hubo un problema más de forma que de fondo. Para la Licenciatura pedían a las chiquillas ir de blanco y nosotros con terno. Pero había dos compañeros que eran mellizos provenientes de la ciudad de Cochrane, que no tenían la plata para pagar al sastre en ese momento. Así que, con la plata reunida por el curso gracias a los malones, decidimos prestar la plata que en un principio era destinada para la compra de libros en la biblioteca del Instituto".
Norma Flores fue otra de las estudiantes que con un alma renacida y muy emocionada, participó en la ceremonia, ya que para ella el recinto educativo es como su casa, especialmente, porque fue directora entre el año 1998 y 2000.
"La situación no fue impedimento para que cada uno se desenvolviera en distintas áreas, como educación, salud, comercio, a lo largo de todo el país. Existe una gran movilidad social en el grupo y más aún en la generación de los hijos. En ese entonces, titularse del Instituto equivalía a titularse en una universidad", expresa orgullosa, Flores, de ser parte de la familia comercialina.
Desde la silla, Cristián Neumann observaba a sus padres, Federico Neumann y Luz Araneda, licenciarse de 4° medio. "Ellos se conocieron en este curso y para ellos ser parte del evento significa el cierre de un ciclo muy importante que estaba inconcluso", asegura.
El director del establecimiento, Sergio Gutiérrez, afirma que "el sentido de pertenencia en este grupo es aún mayor, porque ellos estuvieron 7 años cursando en el lugar, ya que en ese tiempo 7mo básico significaba 1ro medio". Por la licencia, varios se acercaron al Instituto para retirarla y otros esperaron esta instancia para obtenerla.