Reforma de pensiones: ¿cuándo jubilar?
Catalina Maluk Abusleme.
Decana Facultad de Economía y Negocios. U. Central.
Conocidas las medidas anunciadas por el Gobierno en torno a la reforma al sistema de pensiones, se anticipa una ardua discusión parlamentaria antes de su aprobación definitiva.
Si bien no toca el corazón del sistema ni se hace cargo de la impopularidad de las AFP, en lo grueso los anuncios parecen apuntar en la dirección correcta.
Esto por cuanto la iniciativa propuesta aumenta el aporte del empleador para las cotizaciones de los trabajadores, refuerza el pilar solidario, crea bonos especiales para la mujer y la clase media.
Y, al mismo tiempo, estimula, mediante incentivos, la permanencia de los adultos mayores dentro del mercado laboral.
En este último punto, hay una discusión de fondo que no hemos dado como país.
¿Está preparado el mercado laboral para absorber a adultos mayores que en plena capacidad física y mental quieran seguir trabajando?
Las expectativas de vida de los chilenos han aumentado considerablemente en las últimas décadas, lo que, dicho en simple, significa que los fondos previsionales deberán prorratearse por más años.
Como en Chile, no tenemos un sistema de seguridad social, hay muchos trabajadores que, aún cumpliendo con la edad para jubilar, permanecen y perseveran en el mercado laboral.
Entonces, ¿por qué el proyecto no subió derechamente la edad de jubilación?
Desde luego, que hacerlo sería impopular, pero hay que tener en cuenta que además requiere de un mayor análisis del mercado laboral, con la finalidad de determinar a qué tipo y calidad de empleo accederían las personas adultas mayores.
Postergar el retiro incrementaría las pensiones en un 8% por año, lo que ciertamente es un incentivo que podría resolver una parte del problema.
La otra es ver de qué manera las empresas tomarán el desafío de mantener en sus filas, en cargos acorde a su experiencia, a quienes superen la edad de jubilación.
Rodrigo Jordán.
Presidente Corporación Amigos de los Parques.
Presupuesto para áreas protegidas
El Presidente francés Emmanuel Macron junto al el secretario general de la ONU, António Guterres abrían el lunes en París el Foro por la Paz declarando la urgencia de la crisis ambiental que enfrentamos y actuar con decisión y acciones concretas para contrarrestarla. Equipararon las amenazas de la violencia y la guerra con la degradación de nuestra Tierra. Por su parte, el Papa Francisco hace unos días se abría a aplicar el concepto de Paz no sólo entre las personas, sino que entre personas y naturaleza.
En Chile, desde el Gobierno hay preocupación por la situación de nuestras áreas protegidas, principal respuesta al cambio climático. En el marco del seminario de Filantropía Ambiental que organizamos junto al Centro de Estudios Públicos la semana pasada, la ministra de Medio Ambiente Carolina Schmidt reconoció que los principales desafíos de nuestras áreas protegidas son contar un bajísimo presupuesto (menos de dos dólares x hectárea), carencia de servicio unificado y falta de incentivos para que los privados aporten a su cuidado. En estos momentos en que el mundo define con urgencia la necesidad de generar respuestas a la crisis de extinción y Cambio Climático, parece alarmante constatar que en nuestro país se haya decidido disminuir considerablemente los recursos destinados a cuidar y mantener nuestras áreas protegidas. Los aportes del Estado destinados al sistema nacional de áreas silvestres protegidas para el 2019 disminuirán en más de un 13%. La paradoja está en que hoy valoramos el aporte de estas áreas protegidas a otras áreas priorizadas por las personas como salud, educación, combate al cambio climático y el turismo de intereses especiales como resultado de la conservación. Los parques nacionales son espacios para la vida saludable, son aulas abiertas, son los principales renovadores de aguas y de oxígeno, fuente de empleo y motores de desarrollo si consideramos que el turismo es la tercera industria más importante del país.
Si disminuye su presupuesto desde el Estado, los debilitamos aún más. Como Amigos de los Parques de la Patagonia hacemos un llamado a las autoridades a reconsiderar su propuesta a la luz de las consecuencias medioambientales, sociales y económicas que implica restar apoyo a nuestros Parques Nacionales.