Ha pasado el tiempo, los años, y el pujante y laborioso Alerce (histórico y nuevo) no ha logrado rescatar ni consolidar su Biblioteca Pública Municipal, la que hace algunos años funcionó en el local anexo a la Escuela Rural de la ciudad satélite. Pero, que debió clausurarse a causa de los continuos robos de que era objeto en aquel entonces de parte de los antisociales.
Ante la emergencia, todos los libros existentes, implementación y equipamiento, incluyendo computadores, debieron trasladarse a otro establecimiento en la localidad. Donde, al cabo de un tiempo se comprobó que no estaba apto para ese servicio, pues la lluvia se filtraba, mojaba y dañaba la mayor parte del preciado bagaje cultural que allí se mantenía. La delicada situación obligó a dejar el lugar y preservar los libros y elementos bajo el debido resguardo municipal.
Lo concreto es que a estas alturas, y avanzado el tiempo, quienes más han sufrido la falta de la biblioteca alercina han sido los estudiantes, sus padres y apoderados, pues siempre estos centros culturales serán un complemento ideal e indispensable en la formación de la niñez y juventud que debe cumplir sus deberes estudiantiles. Particularmente, en la parte investigativa con acceso a internet, recurso prioritario hoy en el proceso educacional. Y no sólo para los alumnos, también para los profesores y los mismos papás, incluyendo al público en general que asiste a las bibliotecas para acceder también a las obras literarias y de valor cultural.
Se aprecia que ha pasado suficiente tiempo en Alerce, sin este indispensable y estratégico apoyo intelectual. Y que ya es hora de que la Municipalidad, con el apoyo ministerial necesario, ponga de pie y en marcha de nuevo -en un local adecuado- la Biblioteca Municipal de Alerce. Reintegrándole sus libros, implementos y equipos, junto con ponerla al día y modernizarla convenientemente, según los requerimientos en la relación educación-bibliotecas.
Si hay conciencia de la importancia de Alerce como futura comuna, que amerita desarrollo integral, no hay que olvidar la Biblioteca y su saber.