Nos encontramos en un momento histórico, en que la tecnología, la publicidad y los diferentes sucesos diarios marcan nuestras convicciones. Es probable que ahora más que antes, influya en los jóvenes el concepto de la moda o la participación en un grupo de personas, con diferentes características; ya sea cultural, artística, religiosa o deportiva. Sin embargo, es importante destacar en las nuevas generaciones la Conciencia Ecológica y Ambiental que los motiva actualmente. Al parecer los fenómenos ambientales y climáticos o las consecuencias directas de las faenas industriales en los sectores urbanos y rurales donde viven, los han motivado a que se informen, sean parte de movimientos medioambientales y que asuman un rol protagónico en estos temas.

Días atrás, se realizó en Puerto Varas nuestro 5to Encuentro Emprendimiento "Compartiendo nuestros Sueños", donde estudiantes de más de 35 establecimientos de la zona Sur Austral, además de la Fundación Emprender de Santiago, presentaron sus proyectos y trabajos realizados a lo largo del año en el módulo de Emprendimiento y Empleabilidad. Es notorio observar cómo los docentes y estudiantes han dirigido sus prácticas pedagógicas al cuidado del Medio Ambiente, creando e innovando desde esa perspectiva.

La inclusividad ha sido otro de los valores agregados en los proyectos, lo que da cuenta de un sentido social pertinente y contextualizado de la realidad que cada uno de ellos vive en sus propias localidades.

Como ONG Canales estamos convencidos que somos capaces de activar esta dinámica en los jóvenes; que vean el reciclaje y la reutilización como estilo de vida, para que la preocupación por la naturaleza y el medio ambiente sea parte de sus propios hábitos, tanto en el colegio como en la casa. Además de esto al, considerar y elaborar proyectos innovadores para personas con capacidades diferentes les hace tener un sentido de respeto y compañerismo.

Como adultos estamos a tiempo de imitar a esos jóvenes que incluyen, aceptan y no contaminan. Debemos replicar estos hábitos en todos los lugares que habitamos.

Mariela Silva Salas.

Asistente Técnica de Emprendimiento ONG Canales.

Cuando se presentan sorprendentes bonanzas climáticas, con días de bruñido sol como el de ayer en Puerto Montt, cuya azulada bahía emerge esplendorosa, surge el recuerdo de afamados personajes relacionados con ese quieto mar.

Es el caso del nunca olvidado capitán Luis Alcázar Haro, de reconocida trayectoria de muchos años en el difícil cabotaje y navegación por los archipiélagos australes. Él llevaba sobre sus hombros la fama de haber sido el mejor en el comando naviero. A quien bastaba un leve indicio, que sólo su instinto era capaz de percibir, para tomar las decisiones más sabias, prudentes y certeras mar adentro.

A él, Puerto Montt, sus autoridades y comunidad -en gratitud y reconocimiento por su gran aporte al transporte marítimo sur austral- le dedicaron el Monumento al Hombre de Mar en 1964, que fue creado por el afamado notable artista pintor porteño Manuel Maldonado Barría (Manoly) y que consistía en una plazoleta, que en medio lucía un pequeño faro, que se iluminaba por las noches; una fuente de agua; jardines y un monolito de piedra con una placa que recordaba aquel sentido homenaje al ilustre, competente e intrépido marino.

Sin embargo, años más tarde, en 1985, por obra y gracia de la inconciencia humana, esa bella alegoría de homenaje a nuestros hombres de mar -encarnado en Luis Alcázar- desapareció silenciosamente del lugar en que destacaba, frente al recinto portuario, en la confluencia de las calles Chorrillos con la avenida Angelmó. No hubo explicaciones y cada cual debió sacar sus propias conclusiones.

Lo cierto es que son muchos los que recuerdan al Monumento al Hombre de Mar y que piden su rescate y reposición. Casi todos los años hay reacciones y las mejores intenciones de reconstruirlo. Se han convocado a mesas de trabajo municipal, con instituciones ligadas al mar, de la pesca y la Marina Mercante, así como del Centro de Hijos y Amigos de Chiloé. Pero, pasan los años y no hay resultados. ¿Acaso naufragar en el mar de la desidia sea como irse a pique? Escuchen el SOS de esos patrimonios.