Jocelyn Vargas Álvarez
La independencia de los jóvenes y la organización de las rutinas, son las diferencias que en estos momentos está viviendo en Holanda el estudiante de Pelluco, Antonio Mansilla, gracias al programa de intercambio cultural AFS Chile.
El alumno del Colegio San Francisco Javier, de Puerto Montt, lleva dos meses en Holanda, en la ciudad de Amstelveen, en la región de Ranstad (al norte de Amsterdam), donde vive junto a la familia Smith que es adoptiva y participa voluntariamente en AFS, acogiendo a estudiantes de distintas partes del mundo.
"He podido conocer muchas ciudades y Amsterdam me queda muy cerca. También he identificado distintas diferencias con la cultura chilena. Acá la independencia es algo que se fomenta y logra desde pequeños, cuando aprenden a andar en bicicleta, a los 3 ó 4 años, y se movilizan para todos lados. Lo otro es que en Chile somos más espontáneos y acá las personas se organizan con mucho tiempo y van anotando las cosas en una libreta", describe el joven que estudia en el Colegio Jac Paul Thijsse de Holanda.
Agrega que "el crear amistades es más complejo porque requiere tiempo, porque tú tienes que mostrar interés en crear un lazo, pero cuando ya se consigue todo empieza a ser más bello". Otra diferencia, advierte, es que en Chile llama mucho la atención alguien extranjero, en cambio, acá "soy uno más porque están acostumbrados al intercambio cultural".
Similar experiencia está viviendo María Jesús Miranda, estudiante del Colegio Santo Tomás de Aquino, que dejó su hogar ubicado en el sector Sol de Oriente, para volar hasta un pueblo llamado Senden, en el estado de Renania del Norte-Westfalia, Alemania, con el fin de empaparse de la cultura germana y experimentar el sistema educativo de aquel país.
"Mi colegio es bastante especial porque utiliza el método Montessori, por eso mi experiencia escolar ha sido bastante diferente a la de otros chicos de intercambio que están en un colegio estándar. Mi curso es de 12 personas y nos sentamos todos juntos en una mesa ovalada, incluyendo el profesor, lo cual lo hace mucho más personalizado y genera un ambiente más amistoso el aprender", cuenta.
La joven destaca que en el sistema educativo alemán los profesores evalúan la participación en clases, lo que incentiva a los alumnos a ser parte del aprendizaje. En cuanto a la cultura, si bien, los alemanes son mucho más reservados en su espacio personal, una vez que hay confianza la relación se establece de buena manera. "También me llama la atención de que son bastantes independientes desde pequeños; por ejemplo, en la mañana tu puedes ver a los niños caminando solos hacia la parada de autobús para ir al colegio", dice.
Extranjeros en la zona
Mientras tanto, tres estudiantes de Suiza, Noruega y Japón, arribaron a Puerto Montt y Puerto Varas hace unos meses y están viviendo con familias putativas chilenas. Uno de ellos es Rubén Suda, proveniente de Aarau, capital del cantón suizo de Argovia, que se encuentra estudiando actualmente en el Colegio Inmaculada Concepción de Puerto Varas.
"Quería visitar Latinoamérica porque se dice que la gente es menos estricta, más cercana y cariñosa. Además que el sur de Chile tiene paisajes muy bonitos. Acá he aprendido a vivir de una forma diferente con mis nuevos padres", comenta Suda.
Largo viaje realizó la estudiante Mitsuki Lee, de Tokio Japón, que también estudia en el Inmaculada. Ella dice que le gusta el cambio de una "ciudad grande a más pequeña. En Puerto Varas he podido disfrutar del campo y los animales, es una ciudad más tranquila y con naturaleza alrededor".
Al Liceo Isidora Zegers, llegó a estudiar Mie Thorsen, oriunda de Levanger, Noruega. Ella indica que la comida tradicional de su país se parece a la de la zona , porque se consume mucha carne y papa. Además de los paisajes que se parecen, por los fiordos y montañas.
Afs
La organización AFS nació en 1914, en un hospital de Francia, cuando los choferes de ambulancias socorrían a los soldados heridos en la guerra y los llevaba hasta los hospitales de los países aliados.
Ahí fue donde se afianzaron los lazos entre conductores y heridos, inspirando así el comenzar a generar intercambios culturales. Así lo señala, Rodrigo Casarejos, director nacional de AFS Chile.
Al término de la guerra, los conductores de ambulancia se reunieron y decidieron crear el American Field Service - Programas de Intercambio para Estudiantes Secundarios, con la intención de proporcionar a que personas de distintas culturas pudieran convivir y crear vínculos, a pesar de las diferencias y las fronteras.
"Son independientes desde pequeños; por ejemplo, en la mañana tu puedes ver a los niños caminando solos al colegio".
María Jesús Miranda,, puertomontina en Alemania."
"Quería visitar Latinoamérica porque se dice que la gente es menos estricta, más cercana y cariñosa".
Rubén Suda,, estudiante suizo en P. Varas."