Sobre boyas
Junto con saludar, por medio de la presente carta, quisiera poder referirme a la crónica publicada en la edición de este martes 23 de octubre en el Diario que usted representa, donde se hace mención a que "la mitilicultura anuncia el fin de las boyas de plumavit", frase que se extrae del discurso inaugural de la feria Aquasur expuesto por nuestro presidente, el Sr. Rodrigo Rosales.
Al respecto, es preciso señalar que en el contexto de la idea general que se dio a conocer, se hizo mención a que el 99,9% de la producción que tienen nuestros asociados, ya está soportada en boyas plásticas. Situación que no refleja la realidad de todo el sector, que según entendemos, de igual forma, ha eliminado el uso de boyas de Plumavit en un 86%; cifra entregada por la autoridad Marítima de Castro en octubre de 2017.
Por otra parte, en el mismo discurso se señaló también que, además de la dificultad que existente en los vertederos para disponer este desecho, es que podríamos estar años en la tarea de limpiar playas y nuestro compromiso es seguir adelante en esto. Pero creemos que es tiempo de adoptar medidas para erradicar de una vez el plumavit de la acuicultura y, aquí, la autoridad sectorial es quien tiene la palabra, no la actividad sectorial como se señala en la nota de prensa.
Enviamos a usted esta aclaración, puesto que las opiniones vertidas en la crónica del diario, no son una clara reproducción de lo que se indicó en el discurso y a nuestro juicio llama a confusión de la ciudadanía en su interpretación.
Le agradecemos el favor de tomar a bien nuestra carta y que se pueda clarificar el sentido de nuestras declaraciones en una próxima edición.
YOHANA GONZÁLEZ SEPÚLVEDA. Gerente AmiChile.
Realidad y suspenso
Ver en los medios un caballito de mar aferrado a un cotonito para limpiar oídos humanos, fue ver a un niño aferrado a la mano de su madre, pero en este caso era aferrarse a la vida de su medio, el mar. Impresiona y sobrecogen estas imágenes cotidianas, vemos y escuchamos cada día las advertencias de lo que sucede con la contaminación de los mares y la tierra. Todos opinamos, se comienza a darnos cátedra y consejos profundos de cómo eliminar los plásticos y hacer una campaña. Todo parece ir bien, se ponen lugares de reciclaje en diferentes puntos de las ciudades, se ven ganas y deseos de hacer algo al respecto.
Las autoridades llaman a no entregar bolsas de este material en el comercio, se acata y todo bien; pero, de pronto, aparecen otras bolsas que se venden o se regalan con el referente de ser reciclables y allá vamos todos a tener estas maravillosas bolsas que ayudaran al planeta. Qué ironía, estas bolsas no son reciclables. Una cosa por otra y hago la pregunta: ¿Nos hemos alguna vez detenido a mirar lo que nos rodea en los supermercados? Claro, dirá alguien, está lleno de productos, no falta nada. De acuerdo, no falta nada, hay de todo. Pero, ese todo está envuelto en plástico, ese plástico que se pregona que hay que eliminar.
Ahora, veamos: las industrias pesqueras y sus cajas de plumavit para traslado, boyas, lazos, cables, bolsas, todo, todo es plástico; en fin, empieza a dar frustración, cuando se ve así, pero es la realidad presente, latente; es desgraciadamente real.
Es una suerte de guerra entre David y Goliat. Nada se va solucionar, si las grandes empresas y los humanos que las dirigen, continúan con esta ambición desmedida.
Son las empresas de todo tipo y sólo ellas, más los hombres y mujeres que dirigen el país, a los que corresponde tomar las medidas de esta tragedia que nos está explotando en la cara.
Mi madre me contaba cuando niña, de un libro que leía, Nostra Damus, donde este anunciaba para el futuro "Los cuatro caballos del Apocalipsis" y que estos representaban el agua, viento, tierra y fuego. Si ponemos atención a esto, aún sin haber leído este libro, y vemos lo que sucede cada día, pensaríamos si acaso esto es una casualidad. Además, si le agregamos la invasión aterradora de Dn. Dinero, llegaríamos a la conclusión que malos vientos están soplando en nuestra tierra.
Nuestra realidad es la mejor película de suspenso jamas contada y esta comenzando su rodaje.
RUTH IGOR KUNTSMANN.
¿Aula democrática?
La democracia es un valor fundamental del que nunca debemos apartarnos como sociedad.
Sin perjuicio de ello, denominar todo con la palabra "democracia", como si fuera un mero adjetivo, no es otra cosa que populismo.
Es lo que ha sucedido con el proyecto "Aula Segura", que ahora se intenta renombrar como "Aula Democrática".
El aula no es democrática; los alumnos no eligen al profesor, ni éste puede quedar a merced de la voluntad popular.
Llamemos a las cosas por su nombre, por favor.
RICARDO OYARZÚN GONZÁLEZ.