Marcelo Galindo Gallardo
Una pena de perpetua simple es lo que arriesga Miguelina Alejandra Espinoza Oyarzo (44 años), quien está acusada por la Fiscalía por el asesinato de su pareja ocurrido el 16 de julio de 2017, tras llegar en estado de ebriedad a su domicilio en la población Antonio Varas Norte.
El juicio en el Tribunal Oral en lo Penal de Puerto Montt comenzó ayer. Los primeros en declarar fueron cuatro de los seis hijos del matrimonio, quienes relataron los momentos vividos el domingo 16 de julio del año pasado en la mañana, y donde perdió la vida Javier Américo Molina Villegas (55 años), quien recibió una profunda estocada en el cuello con un cuchillo.
Tras la lectura de la acusación, a cargo de la presidenta de sala, Patricia Miranda, acompañada de la jueza Macarena Muñoz y el magistrado Jaime Rojas, se dio inicio a los alegatos de apertura.
La fiscal Nathalie Yonsson relató que tras la muerte de Javier Molina quedaron tres menores de edad sin sus padres.
Para la persecutora no se trata de un hecho aislado, sino "que de actos de violencia seguidos". Ello, porque Espinoza ya había apuñalado en una oportunidad a la víctima.
La abogada Carol Munzenmayer, defensora de la mujer, relató que el hecho ocurrió en el contexto de una dinámica de agresión. "Fue una situación que se dio en el contexto del consumo de alcohol de Miguelina y su conviviente", expresó en la audiencia la defensora penal pública.
En la fase probatoria del juicio oral, la primera en entregar declaración fue una de las hijas de 17 años, de la acusada y la víctima, quien lo hizo con la utilización de un biombo y sin público en la sala.
Normal
Tras ello, declaró una segunda hija, de 27 años, quien entregó detalles respecto a lo que habría acontecido el día del crimen. La joven dijo que fue herida en la mano derecha por su madre, quien tenía un cuchillo, y por lo cual la acusada arriesga una pena de 540 días por lesiones menos graves, en el contexto de violencia intrafamiliar.
"Fui al baño y mi mamá forcejea con mi papá. Él grita, se toma el cuello y se desmaya cerca de la escalera. Ahí cerró sus ojos", declaró.
"Era todo normal y la única culpa era el trago. Siempre tenían peleas, porque mi mami llegaba curada, se ponía pesada y se descargaba", añadió.
La joven lamentó lo ocurrido y agregó que su padre era una persona trabajadora, por lo cual pidió que se haga justicia.
Otra de las hijas, de 19 años, que también testificó en el tribunal oral, señaló que su padre se defendía permanentemente de las agresiones de su mamá.
"Me cuesta mucho superar su partida, él era bueno y trabajador", aseguró.
Al declarar otra de las hijas, de 24 años, Miguelina Espinoza solicitó salir de la sala.
La joven se refirió a otra oportunidad en que su madre acuchilló a Javier Molina, en un incidente en 2016. "Mi papá fue apuñalado en la mano y en la pierna. No puede ser tanta violencia contra él, si era una persona buena. En la casa se escondían los cuchillos y cualquier cosa con lo cual quisiera hacer daño antes que llegara ella (Miguelina Espinoza, su madre)", manifestó la joven.
Figura
De acuerdo a la abogada Carol Munzenmayer, defensora de la acusada, no niegan la participación de Espinoza en los hechos. "Lo que vamos a discutir son situaciones técnicas, por cuanto hay que ver si efectivamente la figura que concurre es un parricidio, porque el resultado del hecho no fue buscado ni querido por mi representada; sino que fue en una situación de estado de ebriedad de ella. Una pelea donde llega, quizás agresiva, pero en ningún caso se puede detectar una intención de matar o agredir, sino que ello se produce cuando se registra el forcejeo entre ambos, cuando él intenta quitarle el arma", explicó la profesional.
La defensora precisó que los hechos no van a ser discutidos, "sino que se busca cambiar la figura jurídica de parricidio a otra más leve, que es algo que tenemos que ver".