Luego de poco más de tres años en que el rubro del comercio y del turismo de la región sacaron cuentas felices por la explosiva llegada de visitantes argentinos, con verdaderos récord de cruces por el Paso Samoré, esta temporada los locales y los diversos operadores hoteleros han tenido que resignarse al final del veranito de San Juan que significó ese período, ajustando sus expectativas de crecimiento y buscando nuevos nichos para tratar de compensar, en parte, lo que ya no volverá. Es muy probable que este escenario se vuelva aún más complejo en las semanas siguientes, toda vez que la depreciación del peso argentino frente al dólar haga todavía más difícil el arribo de los ciudadanos trasandinos, que hace poco tiempo pusieron de moda en Chile el turismo de compras.

La disminución del ingreso de argentinos ya comenzó a vivenciarse una vez que el gobierno de Mauricio Macri realizó determinadas modificaciones arancelarias que redujeron el precio de productos tecnológicos allende Los Andes. Lo ocurrido en los últimos días, en tanto, con un dólar que sigue escalando, reducirá todavía más la posibilidad la llegada de trasandinos. Para ellos, cruzar la frontera ahora les resultará muy caro.

En este cuadro, tanto el comercio como el turismo de la zona tendrán que reajustar su oferta y sus paquetes promocionales, enfocándose en el cliente interno para mantener en algo el ritmo de crecimiento que llevaban, y también en el posible arribo de visitantes de Estados Unidos y Europa. Para ello, algunos hoteles ya han efectuado remodelaciones con el fin de mostrar una nueva cara; y es probable que varios de ellos tengan que salir a buscar clientes de una manera más agresiva.

Concluida la fiebre que revistió el turismo de compras que protagonizaron los argentinos, y que implicó una alta demanda en la hotelería y compras masivas en el comercio, el rubro local de los servicios tendrá que extremar su creatividad ahora y echar mano a la innovación para que la caída no sea tan brusca. La asociatividad es una de las herramientas que pueden utilizar, además de una promoción efectiva de su oferta en las distintas plataformas.

En tiempos de campaña electoral la frase es recurrente: "Los pobres no pueden esperar", siendo la expresión favorita del populismo y del hoy mal llamado Progresismo. El sentido de la dialéctica marxista en ese momento fue concientizar a un electorado que sentía correr la adrenalina por sus venas que le impidió razonar aceptando de buenas a primera las vanas promesas de que con su voto todo podía cambiar creyendo en las falsas expectativas de una vida mejor.

Después de la fracasada campaña que redujo su credibilidad al nivel más bajo, la izquierda, lejos de recapacitar y tomar nota de que la ciudadanía le dio la espalda, sigue "gobernando, conspirando y tramando" entre las sombras. Como un contrasentido, con qué facilidad se olvidaron de sus promesas de campaña y echaron mano al Plan B, es decir, recurrir al ataque basado en una inmisericorde insensibilidad para con los pobres, obstruyendo los proyectos de Ley aprovechándose de su mayoría parlamentaria, en el comienzo de una reivindicación de la pobreza que se propuso el Presidente Piñera. ¿Qué es lo que pretende la desarticulada Oposición, se pregunta el ciudadano común, que no alcanza a entender esta actitud hipócrita de grupos de parlamentarios marxistas, que ayer ofrecían disminuir la pobreza y que hoy conspiran para borrarla del mapa?

Aun así, el actual Gobierno continúa su silenciosa tarea de ordenar y limpiar la casa basureada por cuatro años; de lograr un consenso para mejorar la reforma tributaria, cuyos tributos financiarán obras de desarrollo integral y bajar la exorbitante deuda, interna y externa dejada por el gobierno de Bachelet, poniendo el foco en aumentar el crecimiento y mejorar la desigualdad que en forma tan dura impacta en los niveles más bajos de la población. Quienes trabajamos con este propósito tenemos la firme convicción de que tarde o temprano nuestros compatriotas tomarán nota de este doble estándar de la Oposición y reconocerán el trabajo esforzado que realiza el Gobierno para extirpar los males que aquejan al país, situación que con tanta liviandad enarbola la izquierda marxista calificándola de legado.

Harry Jürgensen

Diputado (RN) de la República. Región de Los Lagos.