Uno podría pensar que el Presidente Sebastián Piñera había aprendido las lecciones de su primer Gobierno. Sin embargo, transcurridos cinco meses de su nueva administración, quedamos cortos si analizamos cada uno de los errores que están cometiendo, y no sólo en La Moneda, sino también en regiones, donde los Gobiernos Regionales han sido, por decir lo menos, desprolijos, llenos de evidentes conflictos de interés y arduas disputas internas, acrecentadas, en el caso de Los Lagos, tras las imprudentes declaraciones del senador Francisco Chahuán la semana recién pasada.

A la célebre frase del ex ministro de Educación, quien sostuvo que los bingos debían ser la solución para reparar los colegios, se sumaron las palabras del titular de Economía, quien en un acto inconcebible señaló que lo mejor era invertir en el extranjero.

El corolario de desaciertos fue la nominación de Mauricio Rojas en Cultura el pasado fin de semana, quien no resistió más de cuatro días en el cargo tras "viralizarse" sus tristes declaraciones sobre el rol del Museo de la Memoria, noble institución creada para enseñar a las futuras generaciones los horrendos crímenes cometidos en nuestro país, los cuales jamás en la historia deben volver a repetirse.

Como si ello fuera poco, acá en la región la porfía del señor intendente ha dado paso para que se instalen cada día más evidentes conflictos de interés en su equipo.

Al asunto ya conocido del seremi de Vivienda, cuya querella se presentará en los próximos días, en la semana se sumaron los casos de la nueva Autoridad Sanitaria de Osorno, dueño de una empresa ligada al área, y de la jefa de gabinete de la máxima autoridad regional, quien tuvo un doble contrato con la pequeña Municipalidad de Puerto Octay, la que no tiene recursos ni para calefaccionar sus escuelas y los liceos.

Si a lo anterior sumamos autoridades regionales que no existen u otras que están más preocupadas de Tinder o selfies, el diagnóstico para nuestra región es simplemente negativo.

Fidel Espinoza Sandoval.

Diputado PS de la República. Región de Los Lagos.

Dos vías de gran importancia estratégica y aporte al desarrollo local y regional, que imperiosamente requieren intervención para su definitiva optimización y seguridad de sus usuarios, son la que une a Calbuco desde la Ruta 5 y la que conecta el área de Cardonal con el Aeropuerto El Tepual en Puerto Montt. Dos caminos que son vitales en la indispensable conectividad, que amerita el progreso socioeconómico sureño basado en la industria del turismo y productividad desde el mar, en su condición de ineludible destino futurista.

El Ministerio de Obras Públicas ya anunció -para el próximo año- la construcción de la doble vía a Calbuco. Una muy sentida aspiración en el archipiélago de las aguas azules y de viajeros en general, dada las deficiencias y alta peligrosidad de esa carretera, cuyo historial está ensombrecido por trágicos accidentes. Es una ruta que debe absorber un intenso tráfico, sobre todo de camiones en transporte de combustible, mariscos, alimentos para salmones y carga vinculada al puerto San José, además de la dinámica propia del turismo en la zona. Será un gran adelanto vial y robusto impulso de progreso para la Comuna de Calbuco, en especial.

La otra carretera, que particularmente en el último lustro requiere mejoramiento por el incremento demográfico, es la Ruta 226 El Tepual. Cuyas limitadas capacidades se han visto sobrepasadas ante el progresivo poblamiento de los sectores de Cardonal, población Fresia, Puerta Sur y barrios aledaños que han ido desplegándose junto al camino. La congestión vehicular es inevitable y la accidentabilidad sigue siendo la principal amenaza en esa estrecha y deteriorada ruta, que, paradójicamente, tiene la delicada misión de conectar con el segundo aeropuerto más importante del país: El Tepual. La anhelada obra, afortunadamente, ya ha entrado en los planes gubernamentales para comenzar a transformarse -probablemente a contar de 2019- en doble vía y estar a la altura de la moderna infraestructura vial que exigen los tiempos modernos.

Esto es prioridad. Sin caminos no hay progreso.