Regalo a los hijos
Hace pocos días, se celebró el "Día del Niño" en nuestro país, y vimos la imagen de padres que agasajaron a sus hijos con regalos, besos y abrazos; situación que no tiene nada de malo, sino que me parece muy bien, que todos los días las familias pudieran dedicar este tiempo a los más pequeños.
Creo prudente aprovechar esta fecha comercial, para que los padres también conozcan que existe un gran regalo que se les puede dejar a nuestros hijos y que les dará una mayor estabilidad, cuando ya no estemos en vida con ellos. Me refiero a la cuenta de capitalización individual del Sistema de Pensiones.
Los niños pueden cotizar desde que tienen un RUT, no es necesario tener una actividad remunerada para ser parte de una AFP. De esta forma, no existe edad mínima para ser cotizante en nuestro país. Importante es que se debe cumplir con el requisito de cotizar a la AFP que este estipulada por ley, para recibir a los nuevos cotizantes y se pueden integrar a ella como Afiliados Voluntarios. Desde ahí, el tutor continúa siendo el apoderado del menor de edad y puede pagar cotizaciones tanto en la cuenta individual como en ahorro voluntario (APV), en esta última opción desde $2.000 pesos.
Podemos tener diferencias como país sobre el funcionamiento del sistema de AFP, pero debemos reconocer que es un sistema único en el mundo, donde se individualizan los montos asociándolos a un RUT, que el capital de la cuneta es inembargable y que de esta forma los aportes que destinemos los padres por mínimo que sean, serán los que más veces se capitalizarán y serán a su vez los más rentables para cuando realmente lo necesiten nuestros hijos.
GONZALO VALDÉS ILUFI. Ingeniero Comercial.
Asistencia a la iglesia
Muchos católicos o laicos como yo, sin lugar a dudas, queremos volver a la iglesia o misa. Y lo hacemos, pero fuera de horario y presencia de párrocos; y no de todos, sino que de algunos varios identificados por sus malas prácticas rotundamente conocidas y rechazadas por todos.
Ya es noticia nacional que obispos, que el cardenal y que "no se quién" no hará la misa, que no oficiará eventos religiosos , que no irán al Tedeum, a la Parada Militar, etc., y que siguen pidiendo perdón al voleo, arrepentidos, tristes, porque los pillaron, con sus caras llenas de risas y burlescas.
Estamos como el ladrón o asaltador versus el ciudadano; el ciudadano encerrado bajo siete llaves en su casa, y el ladrón feliz +y libremente.
Acá en la iglesia también se requiere a los culpables presos y nosotros libres y asistiendo a misa.
MARIANO GONZÁLEZ RIQUELME.
Ley de los 50 Kms
La nueva ley que modifica la velocidad máxima en zona urbana de 60 a 50 Kms., surge como medida reactiva para disminuir las cifras rojas de accidentes en las ciudades que tienen como protagonistas a vehículos motorizados. Si bien aspectos como la distancia de frenado, el tiempo de reacción y el estado de atención del conductor al camino, serían componentes primordiales al momento de generarse los siniestros, también el reducir la velocidad a la que se transita se convierte en un factor fundamental, por lo que la normativa actúa directamente sobre esta variable. Ahora bien, creo que para que se cumpla cabalmente esta ley, urge hacer los esfuerzos para retirar todas las señaléticas antiguas existentes hasta el día de hoy y que pueden originar confusión e inducir al error (y a la falta) a los choferes. Tómese en consideración.
GARY PARRA SANHUEZA.
Inseguridad
Ya no extraña leer, ver o escuchar, noticias donde se habla de muertes producto de balaceras, y que generalmente son ajuste de cuentas entre delincuentes. Más grave sería si producto de ello él o los fallecidos fueran terceros inocentes; por suerte, el trabajo profesional de la PDI y sus detectives permite aclarar más del 90% de estos delitos. Pero, pese a ello, el problema persiste y, claro, es que a estos delincuentes no le preocupa el entorno, su objetivo es matar y las consecuencias secundarias no importan.
Lo anterior lleva a que la gente buena camine insegura por las calles, que tenga sus casas transformadas en cárceles, y lo más grave es que los delincuentes generalmente van de paseo a tribunales. Asimismo, ya molesta que el trabajo de Detectives y Carabineros quede en nada, que sus facultades estén casi anuladas, y que incluso la justicia objete hasta los controles de identidad, pese a tener resultados visibles y comprobables. Quizás no le afecte el crecimiento delincuencial, quizás no le afecta la nota roja que le consigna la ciudadanía, o quizás el exacerbado garantismo está por sobre la necesidad de seguridad, y que en definitiva a la justicia le importen más los victimarios que las propias víctimas. Los problemas son graves, y creo que es la oportunidad para que el Ejecutivo lo entienda, proponga leyes anti delincuencia y que si no actúa hoy mañana será demasiado tarde.
ALBERTO CONTRERAS SILVA.