Colapso sanitario P. Varas
Hace seis años, la Corporación de Turismo y Cultura de Puerto Varas convocó a la Primera Mesa Sanitaria, en la que tanto la Empresa de Servicios Sanitarios de Los Lagos (Essal), como todos los servicios públicos, desde la Superintendencia de Servicios Sanitarios (Siss) hasta la Autoridad Marítima, estuvieron presentes. Su propósito era prevenir el colapso sanitario de la Bahía de Puerto Varas.
Porque aquí como en otras ciudades costeras, su asentamiento ribereño hace más de un siglo y medio, ha significado el desarrollo espontáneo y rudimentario de una red compleja de aguas servidas especialmente en el contorno del borde costero, que es afectada por la presión de las lluvias, los humedales y napas, propios de la hidrología lacustre, y por sumideros improvisados de aguas lluvia que son frecuentemente mixtas. Esta situación ha hecho que históricamente Essal recurra a dos "aliviaderos de tormenta" que vierten directamente agua mixta a la bahía, porque según norma, su capacidad de elevación, transporte y tratamiento de aguas servidas debe ser proporcional, sólo al servicio de suministro de agua potable que presta la empresa.
Nuestro diagnóstico ya entonces evidenciaba que la creciente impermeabilización del anfiteatro urbano y su densificación inmobiliaria, frente a la capacidad fija de la red sanitaria descrita, provocarían el incremento del uso de los aliviaderos más allá de las tormentas y de la carga trófica de los improvisados sumideros de aguas lluvia, llevando al colapso sanitario de la bahía. Esta crisis sólo podía ir en aumento en la medida que la presión inmobiliaria continuara y que Essal extendiera nuevas factibilidades de conexión.
Su resultado fue un estudio de varios meses y la propuesta de una solución técnica definitiva al problema, junto a una fórmula público- privada para financiar su implementación inmediata. En dicho estudio y propuesta, fueron especialmente activos el equipo de ingenieros de Essal y de la Corporación. Cuando llegó el momento de presentar dicha estrategia a la Mesa Sanitaria, su nueva convocatoria fue decepcionante, porque junto al cambio de Gobierno su prioridad quedo postergada y su receptividad a nivel de la gerencia de Essal había cambiado.
Ya entonces, concluimos que el gran desafío para salvar la Bahía de Puerto Varas de convertirse en una cloaca y, en general, para resolver muchos de los problemas que aquejan el crecimiento de nuestras ciudades, no es ni técnico ni económico. El gran desafío consiste en provocar una profunda innovación en la articulación público privada y una renovación de las miradas de los responsables privados y públicos, desde la depredación y el mediatismo defensivo, a la acción efectiva y conciliadora.
Luego de seis años de inoperancia, más allá de la reciente escena mediática montada por los corresponsables de esta crisis, con ángeles vengadores públicos destinando recursos y energía a demonizar a Essal para esconder su propia ineficacia, y las energías de la empresa a defender sus derechos legales sin encontrar eco a sus propuestas técnicas de solución, confirmamos el fracaso Público Privado.
Resulta así evidente para la ciudadanía que condena profundamente esta ineptitud e hipocresía, que está obligada a movilizarse una vez más para exigir soluciones en el marco del diálogo responsable y la verdadera acción.
PABLO ORTÚZAR A.
Sobre la ANEF
Ante las últimas apariciones públicas de los representantes locales de la ANEF, me surge una serie de preguntas y, por su intermedio, quizá puedan ser atendidas por los involucrados.
¿Cuántos funcionarios públicos hay en la Región de Los Lagos?
¿Cuántos de ellos están afiliados a la ANEF?
¿Cuántos funcionarios públicos participaron de la última elección interna?
Debo señalar que no pretendo, en ningún caso, cuestionar la legitimidad de quienes dirigen esta asociación de funcionarios, pero sí es perfectamente cuestionable la verdadera representatividad de estos dirigentes.
Sin tener los números exactos, puedo asegurar, y sin equivocarme mucho, que la verdadera representatividad estaría seriamente cuestionada desde el interior de los mismos funcionarios públicos, debido a la baja participación.
Lo anterior, y en concordancia con el actuar de la ANEF en los últimos meses, deja en claro que los intereses de sus dirigentes van en la misma línea de sus respectivos partidos políticos, que, curiosamente, pertenecen a la oposición del actual gobierno. Es por ello que no extraña la campaña de prensa que han desarrollado desde el mismo día 11 de marzo.
Mucho menos debe extrañar la última "solicitud" de renuncia; simplemente, "hacen su pega" defendiendo, aunque yo lo llamaría "utilizando", a los compañeros y/o camaradas.
Ojalá, los dirigentes de la ANEF, en algún ratito libre, nos puedan contar a todos cuántos son en total.
FRANCISCO FAÚNDEZ SALAS.