"Ninguneo" a educadores
Hemos visto desde un tiempo hasta hoy, expresiones descalificatorias contra comunidades escolares. En la puerta de una universidad en Sudáfrica rezaba un mensaje que indicaba que para destruir a un pueblo no eran necesarias las armas, cohetes, misiles. Quitándoles la educación bastaba.
Hoy en nuestro país livianamente la sociedad se dispara a los pies, desautoriza a las comunidades educativas, directivos, profesores y funcionarios; en lugar de respaldar, apoyar, ayudar y empatizar con ellos, se les "ningunea", descalifica, permanentemente "se les quita el piso". ¿Qué esperan padres, apoderados y sociedad con estas acciones? Me imagino que todo lo contrario de lo que está aconteciendo. El estudiante ya no tiene respeto, no existen habilidades blandas, es común contestar con altanería, groserías y expresiones como "le voy a decir a mi papá o mamá". ¿Qué es lo que van a decir? El profesor no puede formar, es desautorizado por la sociedad, no puede corregir: "¿Quién es usted para decirme tal cosa?".
Estimados, vamos por un tobogán. Las autoridades ejecutivas y legislativas deben cambiar sus miradas frente a la formación y educación de nuestros jóvenes. Las consecuencias las estamos sufriendo en muchos ámbitos (coima, cohecho, mentiras, sobresueldos, los bullados casos de las campañas financiadas con facturas falsas, etc.). Estamos cayendo moral y éticamente por un precipicio.
Dejen que cada profesional haga su trabajo de manera libre y respetuosa. No podemos aceptar que "dueños de la verdad" tengan tribuna y muy sueltos de cuerpo enjuicien a toda una comunidad educativa. Tengo la certeza que todos aquellos que trabajan en educación, son personas que aman lo que hacen y no escatiman esfuerzos por hacer bien su trabajo. Ruego reflexión, respeto, ponderación, equilibrio. Al denostar, descalificar o desacreditar, sólo se contribuye a destruir, destruir, destruir. Mis respetos a todos los colegas que trabajan en escuelas y sectores de alto riesgo, sacrifican muchas veces su vida por entregar algo distinto y enriquecedor a niños(as) prácticamente abandonados. También para aquellos profesores que se enfrentan al imperio del dinero y son pisoteados por padres altaneros y prepotentes, pues el dinero los hace ser soberbios y déspotas. Lo solicito por Chile y su gente. No quiero mi patria destruida. Paz y bien.
CHRISTIAN VILLENA VERGARA. Profesor de Educación Física.
Sobre penas a menores
Diariamente estamos expuestos a noticias policiales donde niños, niñas y adolescentes son protagonistas de conductas violentas y/o constitutivas de delitos. Paralelamente, parlamentarios y miembros de la comunidad promueven el aumento de las sanciones y la rebaja de la edad de responsabilidad penal. Algunos de ellos, los mismos que defienden los derechos de la infancia y las necesidades de mejora de las políticas públicas orientadas a los niños, niñas y adolescentes en Chile.
En estos casos, es importante considerar la evidencia aportada por estudios nacionales e internacionales, que plantean la carrera victimal y la carrera delictual, como dos caras de una misma moneda, donde lo común son las experiencias de victimización previa.
No hay que olvidar los múltiples factores que influyen en la conducta criminal adolescente: falta de oportunidades, consumo problemático de drogas, dificultades en el proceso de reinserción social, alta tasa de reincidencia, experiencias de victimización sucesivas dentro y fuera de la familia.
Un castigo más duro o más anticipado, no resuelve el problema. Una política pública integral orientada a la infancia se hace urgente.
ANA MARÍA SALINAS M. Directora Servicio Psicología Integral. Universidad del Desarrollo.
El diluvio
La Biblia, en el génesis del 6 al 8, nos habla del diluvio que azotó a la tierra, a raíz de la maldad de los hombres. Noé y su familia se salvaron al construir previamente un Arca, de acuerdo a las instrucciones impartidas por Dios. Los comportamientos negativos de los humanos han traído como consecuencia la aparición del mal en la sociedad. La maldad no es sólo el matar con puñal, con bomba o disparos a seres indefensos; es, también, lo que nos dicen a diario los noticieros de televisión y periódicos, de la violencia que ocurre especialmente en Santiago, sobre: portonazos, robos con violencia e intimidación. Conocimos el poder del dinero y codicia en los casos de colusión de empresas, Corpesca, Soquimich, Penta, Jubilazos, Sobresueldos, lo descubierto en Carabineros y otros. De la dignidad humana por lo ocurrido en Sename, los femicidios, bullying, violencia intrafamiliar y diversos tipos de discriminación. A lo anterior, se agrega la crisis en la Iglesia Católica y renuncia de los obispos, por las denuncias de los abusos sexuales, de poder, de conciencia y encubrimientos, perpetrados por algunos de sus miembros. Ante este diluvio de males, anhelamos una sociedad mejor y el "nunca más de los hechos descritos".
DERICO COFRÉ CATRIL.