Este 27 de junio, se cumplirán 165 años de la fundación oficial de Puerto Montt -un 27 de junio de 1853- por las autoridades Manuel Montt y Antonio Varas, que dictaron el decreto que funda "una población en el lugar denominado Astillero de Melipulli", que será "cabecera del territorio de la colonización de Llanquihue".

La visionaria determinación se adoptaba por la ventajosa situación que ofrecía el lugar para servir de eje central de la colonización, la importante concurrencia de comerciantes y su protegido puerto natural frente al poblado.

Por su parte, el Agente de la Colonización, Vicente Pérez Rosales, que había decretado la fundación local por propia iniciativa el 12 de febrero del mismo año, fue facultado para elegir y reservar en dicha población "los sitios que sean necesarios y que estén convenientemente situados, para la iglesia, casa de gobierno, cabildo, escuela, oficinas de hacienda, hospital y cárcel".

Así también, dada la calidad marítima de nuestro terruño, en aquella misma fecha fundacional, el Presidente de la República, Manuel Montt, y el ministro de Hacienda, José M.Berganza, firmaron un decreto por el cual se habilitaba el puerto de Melipulli, para que sirviera de centro de comunicación a la recién fundada colonia y de punto de recalada para los buques con provisiones. Y en conformidad a los dispuesto en el artículo 7, capítulo I, de la Ordenanza de Aduanas, este puerto quedaba dependiente de las autoridades marítimas de Chiloé.

También, fue dictado otro decreto que -considerando que tanto los colonos como muchos chilenos carecían de asistencia religiosa y enseñanza- ordenaba construir una iglesia de 14x30 metros, una casa para habitación del jefe del territorio y oficinas públicas, una escuela y una cárcel.

Aunque no suficientemente difundida ni conocida, la fecha del 27 de junio de 1853 es la más importante en la evolución político-administrativa de Puerto Montt, hoy capital de la Región de Los Lagos. Y de lo cual pasado mañana se cumplen 165 años.

Ser un emprendedor turístico es ser aventurero. Porque te subes en un viaje que te gusta, pero que no sabes cómo va a resultar. Es una travesía llena de satisfacciones, que requiere de valentía por dos razones: el rol que se desempeña como embajador del destino es determinante para lo que será el resultado de la experiencia del visitante, y se exige la capacidad de resistir el impacto de la estacionalidad que forma parte de la actividad y que nos golpea fuertemente.

Nuestra zona es privilegiada de manera natural por su belleza. Por esta razón es atractiva para quienes nos visitan, y los pequeños y medianos empresarios turísticos jugamos un rol fundamental a la hora de que ese viajero tome la decisión de donde se hospedará al llegar a nuestro territorio. Dependerá en gran medida de cómo es tu atención, disposición y empatía para que él se hospede contigo, visite la zona por muchos días y vuelva año tras año. Hay quienes buscan una gran infraestructura, pero también hay los que prefieren un pequeño o mediano establecimiento, donde se sientan acogidos y atendidos por sus propios dueños, con esa calidez y amabilidad, porque saben que lo haces con cariño y esto marcará una gran diferencia. Los emprendedores turísticos tenemos un rol muy importante en el crecimiento económico de nuestra zona. Somos quienes generamos una gran parte de los empleos, donde la estacionalidad nos obliga con pena, dejar partir muy buenos elementos al terminar la temporada alta, porque no es sostenible durante el invierno mantenerlos trabajando. Los ingresos por concepto de turismo en dicho período no lo permiten.

Yo vivo en Llanquihue y junto a mi marido formamos Antea Cabañas & Apart y creo en la asociatividad, porque junto a mis pares de la comuna, luchamos diariamente porque nuestra ciudad sea reconocida turísticamente, y si hay algo que puedo decir con certeza, es que se requiere de mucho esfuerzo y sacrificio, por sobre todo saber soportar las temporadas bajas. Debes ser muy ordenado y saber repartir durante todo el año tus utilidades. Pero tienes una gran recompensa: sentir ese agradecimiento y abrazo sincero de tus huéspedes al momento de partir o con el buen comentario que dejan en los distintos portales de internet, te llenan realmente el alma. Si esto es tu vocación, vale la pena persistir.

Asóciate con tu par, con aquel que tiene un negocio complementario, y con la emprendedora que ofreciendo un servicio del mismo tipo que el tuyo; puede ser un socio estratégico también. Recuerda que hay tipos de turista y con ello, no sólo ganas tú, sino el destino.

Cecilia Aros Alderete Socia ASEET Lagos y Volcanes