Erwin Schnaidt Ávila
Las lluvias y bajas temperaturas otoñales, están adelantando un crudo invierno, para el que habrá que estar bien preparado, no sólo en términos de abastecimiento de leña o pellet para calefaccionarse, sino también en adecuar los hogares para que mantengan una adecuada eficiencia térmica.
Camilo García, presidente de la Comisión de Eficiencia Energética de la Cámara Chilena de la Construcción (CChC) de Puerto Montt, expuso que en términos de consumo energético, las edificaciones en general y las viviendas en particular, en el país, "no presentan un buen desempeño, si se las compara, por ejemplo, con los estándares de construcción europeos".
El arquitecto explica que ello queda en evidencia cuando "el costo de la calefacción y el frío que se pasa al interior de las casas, es un tema recurrente en las mesas de las familias chilenas, sobre todo del sur".
Le llama la atención que la norma chilena exige cumplir con aislamiento térmico, pero que no considera el consumo energético total, "que no sólo depende si la edificación presenta aislamiento térmico, sino también de la orientación, la inercia térmica, las infiltraciones de aire etcétera".
Recordó que en 2007 hubo una modificación a la norma de 1994, que aumentó exigencias y estándares de acreditación de aislamiento térmico para muros y ventanas, entre otros, que influyen en el consumo energético de las viviendas.
Adelantó que está planificada una tercera reglamentación térmica, para que "todas las edificaciones, no sólo las viviendas como hoy, cuenten con más exigentes estándares de eficiencia energética".
Viviendas sociales
En materia de viviendas sociales, García destaca que aunque cumplen con la reglamentación, subsisten deficiencias en aquellas construidas antes de 1994. Para regularizar esa condición, recordó que "existe un subsidio estatal de acondicionamiento térmico, al que las familias pueden postular".
El presidente de la Comisión de Eficiencia Energética de la CChC, subrayó que tanto ese gremio como la autoridad saben que las viviendas deben tener un mejor desempeño en términos de consumo energético y de confort interior.
Agregó que "aunque desde hace años existe el conocimiento para lograrlo, el problema es el costo".
Propuso que para superar ese escollo, "la mejor política es el crecimiento (económico). A medida que aumenta el ingreso promedio de las familias, se podrá acceder a mejores viviendas".
Consultado si el costo del envolvente térmico incide en que no pueda ser instalado en todas las casas, García comentó que "en principio no".
Argumentó que desde el momento en que entra en vigencia la segunda reglamentación térmica (2007), se esperaba un alza en el precio de las viviendas, derivado del mayor costo en aislamiento térmico.
A pesar de esas proyecciones, estableció que el mercado se acomodó y esa proyección no se hizo realidad.
Y propuso que para disminuir el consumo energético, "hay que invertir cada vez más en proporción al ahorro generado. Por consiguiente, una casa con un consumo energético menor que la reglamentación vigente, sería necesariamente más cara".