Erwin Schnaidt Ávila
Participar en un programa que ofrezca la posibilidad de reinsertarse en el mundo del trabajo, valoró Alexis Muñoz, de 29 años, un interno del penal Alto Bonito de Puerto Montt, quien depositó su esperanza en un proyecto de habilitación laboral que lideró la socióloga Javiera Lecaros.
"Este es un programa de habilitación sociolaboral que tiene dos enfoques: uno técnico, en el que los capacitamos para trabajar con pallet y armar muebles de eso; pero también con uno psicosocial, mediante talleres en los que les enseñamos cómo insertarse en la sociedad. También hacemos un seguimiento individual, lo que permite una labor más personalizada", destacó la profesional.
En este proyecto, que contempla cuatro ciclos de tres meses, participaron 13 reos que están por cumplir su condena o próximos a obtener su libertad condicional.
A diferencia de otros programas similares, el plan considera el seguimiento de su incorporación en el mundo laboral. "Cuando terminan los ciclos de este programa, ellos podrían ingresar a trabajar en alguna empresa que nos patrocina o con las que hemos trabajado. Principalmente, son del rubro de la manufactura, donde se pueden desarrollar de forma más fácil. Durante esa inserción es que hacemos el seguimiento y acompañamiento, tanto a la empresa como al interno", puntualizó.
Confianza de empresas
El proyecto "Cocreando un modelo de reinserción social multifactorial, la oportunidad de volver a creer", fue seleccionado en el concurso Prototipos de Innovación Social, de Corfo.
La directora regional subrogante de esa entidad, Claudia Hube, especificó que entregan financiamiento por hasta $40 millones en esa línea de apoyo, para proyectos de innovación. "Queremos mirar los problemas sociales de una forma distinta, a través de la cocreación. No venimos a dictar cómo hacer las cosas", dijo.
Hube expuso que esta tarea también dependerá de la creación de redes y de la conciencia de los empresarios, entre quienes -reconoció- "hay desconfianza. Parte de la labor de nuestro proyecto es cambiar eso, por la seguridad que esto sí va a resultar".
La directora regional (s) de Corfo determinó que la generación de redes "hará que este proyecto sea sustentable y que podamos replicar en otras instancias".
No es asistencialismo
Para la seremi de Desarrollo Social, Soraya Said, este plan "entrega confianza y se le da seguridad a personas a las que les cuesta mucho la reinserción social. Sabemos que en esto hay una deuda por parte del Estado, ya que implica una fuerte inversión de recursos".
Subrayó que no se trata de ofrecer asistencialismo, sino que con la orientación de Corfo "tiene que haber una mirada de sustentabilidad en el proyecto y que sea replicable. Eso le da un enfoque claro de reinserción social. Las personas van a tener un seguimiento, se les entrega herramientas sólidas y confianza", reiteró.
Parte la reinserción
Jennifer Pozo, de 34 años, fue una de las seleccionadas para tomar parte de este programa.
"Es una oportunidad que no quise desaprovechar, porque no se les da a todos. Me gustó mucho el curso; ahora hago cosas en madera, que nunca pensé hacer. Es algo muy importante para nosotros. Aprendí mucho y agradezco la oportunidad que me están dando", aseguró.
Especificó que "desde aquí, de estos proyectos, parte la real reinserción para los presos. Sirve de mucho".
Admitió que esa especialización reforzó sus planes para su proyecto de vida. "No quiero salir para volver a delinquir. Una vez que obtenga mi libertad condicional, quiero estudiar Veterinaria. Quiero dejar este mundo. Aquí uno se pierde de muchas cosas", afirmó.
Cambio de mentalidad
Alexis Muñoz dijo haber verificado que esa capacitación "cambia a las personas. Lo que el reo necesita es cambiar su mentalidad para salir a trabajar y mantener su familia. El taller en el que estamos ayuda a eso, a que la gente cambie", opinó.
Llamó al resto de la población penal a que se interesen en esa transformación. "No es bonito estar aquí, privarse de ver crecer a tus hijos, sus cumpleaños, despertar con tu mujer o despedir a un familiar. La cárcel te priva de todo eso y no se recupera", sostuvo.
"Se necesitan más espacios como éste. Gracias a este taller, soy una mejor versión de mí mismo", apuntó Muñoz.
A fin de año espera salir con libertad condicional y ya tiene planes. "Voy a buscar trabajo. Me especialicé en muebles de madera, pero también fui maestro electricista, instalaba cámaras de seguridad".
Anticipó que no volverá a Quilicura, desde donde proviene, y que se quedará en Puerto Montt, junto a su esposa y su hija de 9 años.