Por estos días, una de las instituciones íconos de esta ciudad puerto, por su perseverante colaboración al desarrollo de ella, -el Centro para el Progreso de Puerto Montt-, se encuentra celebrando sus 77 años de pujante y solidaria existencia en favor de la hoy capital regional. Para lo cual hacen flamear iniciativas de superación, protegiendo sus esencias patrimoniales y avizorando un destino mejor para todos quienes aquí habitan, a través de la gestión voluntaria, tenaz y constante de sus integrantes, que todo lo hacen por amor a su terruño.
La organización -que hoy preside el hijo ilustre Orlando Aravena Vega- nació a comienzos de junio de 1941 con el nombre de Comité para la Defensa y el Progreso de Puerto Montt, el que la entidad cambió en 1952 por su actual denominación CPP.
Las inspiraciones fundacionales de la institución continúan vigentes con ese mismo fervor original. Ellas son: velar por las necesidades y urgencias de este puerto, sirviendo al prójimo; y colaborar con las autoridades comunales y de gobierno en toda obra de adelanto y bienes, junto con preocuparse del oportuno cumplimiento de aquellos compromisos.
En el presente, con esa misma mística progresista de sus albores, el Centro para el Progreso se empeña en validar el extraordinario potencial turístico puertomontino, pero que aún no logra desarrollar en toda esa gran dimensión. Propone incrementar una mentalidad ciudadana de servicio al turista. Y con sus autoridades al frente, potenciando sus capacidades, mediante las inversiones requeridas, bajo la conducción de un organismo coordinador.
Ahora, el CPP clama no olvidar obras como el ferrocarril, una costanera moderna, servicios higiénicos en el centro, una renovada calle Varas, el prometido bulevar céntrico, la descontaminación visual del cableado, la integración turística de Tenglo, la doble vía a El Tepual, el parque Juan Pablo II, Monte Verde, Angelmó y planes de conectividad.
El Centro para el Progreso -en su aniversario- reafirma esa vocación y pasión de servicio, con Puerto Montt muy adentro en el alma y el corazón.
de noble institución