Para la maldad humana no hay distinciones ni importa el daño que se haga, con tal de conseguir sus nefastos objetivos. Es lo que queda al trasluz, tras los recientes asaltos de que han sido objeto voluntarios del Cuerpo de Bomberos de Puerto Montt, cuando cumplían su tarea -en sectores poblacionales- de recolección de los sobres con los aportes monetarios de la comunidad a la campaña pro fondos de la noble institución.

Quienes menos merecen semejantes dañinos ataques, -tan repudiables y miserables-, son nuestros generosos bomberos. Los mismos que consagran sus vidas -voluntariamente, sin recibir nada a cambio- al servicio de la población, socorriendo en los incendios y en toda clase de emergencias. Su constante preocupación es el cuidado de las vidas y bienes de la gente, ante la desgracia de cualquier siniestro, no obstante exponer sus propias vidas en ese empeño. Su valeroso y servicial espíritu, su vocación solidaria con el sufriente, su anhelo de hacer siempre el bien, mueve a Bomberos a efectuar estas cruzadas para obtener los recursos, que les permiten mejorar sus equipos, maquinaria y preparación, y financiar sus desplazamientos a los focos de fuego y otras tragedias. Colaboraciones económicas que se invierten en favor de los mismos pobladores donantes, bajo la protección bomberil.

Preocupa esta actitud malévola hacia Bomberos. Sobre todo porque a estos asaltos con robo, se agregan casos anteriores de agresiones a voluntarios cuando han estado extinguiendo incendios, además de las habituales bromas y falsos llamados a la central telefónica de la entidad.

Es imperioso adoptar medidas de precaución y prevención para Bomberos, frente a estos inaceptables atracos e irrespetuosa actitud.

A un llamado ciudadano a la debida consideración y reconocimiento a esta institución y cada uno de sus voluntarios, habría que unir la incursión de algún dispositivo de apoyo policial y también de resguardo al interior del propio Cuerpo de Bomberos. Al que sólo debemos gratitud y colaboración.

El terremoto del 27F de 2010, que destruyó grandes zonas de nuestro país, implicó que el Presidente Piñera, al iniciar su primer gobierno, se tuviera que hacer cargo de normalizar y reconstruir.

Hoy, al iniciar su segundo gobierno, no hay un desastre natural que administrar, sino la herencia de una deficiente gestión económica del gobierno de la Presidenta Bachelet. La similitud es que Piñera debe administrar las finanzas públicas, sin afectar en especial a quienes requieren y necesitan de políticas públicas garantes y que entreguen seguridad, confianza y más desarrollo. Mi afirmación del porqué Piñera recibe un país deteriorado en lo económico se explica, entre otras, por un aumento del déficit fiscal de -0,6% el 2013 a -2,8% el 2017 del PIB (Producto Interno Bruto), siendo la principal razón el aumento significativo del gasto público, y donde la deuda pública se duplicó en estos mismos cuatro años, de 12,7% pasó a 23,6% del PIB, que si esto lo midiéramos por deuda por cada habitante, pasó de $1.113.853 en 2013 a $2.488.716 el 2017, sin incluir los intereses que hay que pagar por el endeudamiento. Si a esto le agregamos que Chile creció por debajo del promedio mundial, situación que no había pasado antes, y la clasificación de riesgo del país empeoró, hoy se nos hace menos atractivo en la captación de capitales para inversión. Además, se encontraron gastos comprometidos sin financiamiento en torno a US$ 5.566 millones para el período 2018-2021. Estos gastos están asociados a Programas que están operando, varios mal evaluados, proyectos de ley que no se contabilizaron, y otros gastos como el sobreendeudamiento en salud. Estos gastos no están en la Ley de Presupuesto 2018 ni en el Tesoro Público ni en el programa financiero 2019 - 2021.

El desafío no implica dejar de gastar, sino ahorrar para poder financiar gastos prioritarios y del Programa del actual Gobierno, que hoy no cuentan con financiamiento. Además de profundizar las medidas de austeridad fiscal y políticas que incentiven el crecimiento económico para ordenar nuestras cuentas fiscales.

Alejandro Santana Tirachini.

Diputado RN de la República. Región de Los Lagos.