¡¡Indignante! ¡Decepcionante!
No puedo comenzar esta columna con otras palabras luego de ver en estos últimos días cómo Chile se transforma en el país de la impunidad para los delitos de cuello y corbata.
Así, tal cual, porque en esta maravillosa larga y angosta faja de tierra los Penta, los SQM, los Corpesca, los Caval y todos los que se coluden para estafar a los consumidores logran beneficiosos acuerdos con la justicia: juicios abreviados, penas remitidas e, incluso, pueden dirigir grandes clubes del fútbol nacional o encabezar directorios de las mismas empresas involucradas en actos ilegales como si nada hubiese ocurrido.
Cuánta razón tenía el ex fiscal Carlos Gajardo cuando dijo que en Chile se encarcelaba la pobreza.
Y es que ejemplos de aquello sobran. Hace unos meses en Puerto Montt, la justicia condenó a cuatro años de presidio menor en su grado máximo a una persona que presentó facturas falsas para evadir impuestos por poco más de 2 millones de pesos.
Aquí el Servicio de Impuestos Internos (SII) no tuvo ningún problema para realizar la denuncia. Sin embargo, ya sabemos su actuación en casos de mayor connotación pública que involucraron a políticos y grandes empresarios.
Y lo que es peor aún: nuestra justicia avala cada una de las sentencias en los delitos de cuello y corbata.
Por ello, la solución no pasa por destituir a un Fiscal Nacional que, de hecho, se equivocó en sus palabras, sino por endurecer las penas para que cualquier acto de corrupción sea condenado penalmente de manera ejemplar.
La indignación ciudadana tiene todos los fundamentos para aumentar su rabia con los tres poderes del Estado, hoy especialmente cuestionados.
Y no nos sorprendamos si esa ira se incrementa aún más a medida que sigamos bajándole el perfil a este tipo de delitos, llamándolos "enriquecimiento ilícito" en vez de "sobornos", o continuemos amparando hechos alejados de la probidad, vengan de donde vengan.
Es hora de hacer algo, en nosotros está cambiar esta situación a la brevedad, porque ya algunos en este "paraíso de la impunidad" perdieron todo pudor y vergüenza.
Fidel Espinoza Sandoval.
Diputado de la República.