El cese de Tillerson siembra la incertidumbre de cara a la reunión entre Trump y Kim
CUMBRE. Corea del Sur y Japón expresaron su preocupación por la llegada de Mike Pompeo a la Secretaría de Estado.
El abrupto relevo en la Secretaría de Estado de EE.UU. generó ayer incertidumbre en Corea del Sur y Japón por los efectos que esta decisión pueda tener en la crucial cumbre entre Donald Trump y Kim Jong-un, prevista para mayo.
Los Gobiernos de Seúl y Tokio esperan que el cambio del jefe de la diplomacia estadounidense no afecte al encuentro y no altere la vía de diálogo abierta con Pyongyang.
La canciller surcoreana, Kang Kyung-wha, dijo entre cierta perplejidad que espera que la coordinación entre Washington y Seúl, aliados cercanos, siga siendo "estrecha" tras la sustitución de Rex Tillerson por el director de la CIA, Mike Pompeo.
Kang, que admitió que se trata de un "cambio repentino", comentó que el relevo podría obligarle ahora a "reajustar la agenda", puesto que la titular de Exteriores surcoreana vuela hoy a Washington, donde tenía prevista una reunión para mañana con el propio Tillerson.
Tokio, por su parte, fue un poco más directo a la hora de expresar su desconcierto con respecto al recambio en el Gabinete de Trump, ya que el canciller nipón, Taro Kono, lo calificó de "muy lamentable" y mostró su deseo de que Washington "no se desvíe de la línea marcada en las políticas sobre Corea del Norte".
Irán, en tanto, le restó importancia al cese de Tillerson. El vocero del Ministerio de Exteriores iraní, Bahram Qasemí, aseguró que "tales remodelaciones en la Administración Trump, incluidos los despidos, no son nada nuevo", agregando que es "un asunto interno" de EE.UU.. Sin embargo, el portavoz dijo que la Cancillería estadounidense es "importante" para Irán y que tomarán "medidas apropiadas".