Don Otto y bolsas plásticas
Todos hemos reído alguna vez con el famoso chiste en que Don Otto sorprende a su mujer siéndole infiel en el sillón del living. Ante ello, se deshace del sillón para que no puedan seguir engañándolo. La ingenuidad del personaje que estima que eliminando el sillón se termina el problema de infidelidad, es análoga a la de quienes creen que eliminando la bolsa camiseta terminan con la contaminación y alcanzan de inmediato un estatus de vanguardia en la protección del medio ambiente. No obstante, por más ingenua e inútil que sea la medida, hay autoridades que insisten en retirar el sillón con el convencimiento que es la solución al problema.
En Europa se utiliza la bolsa camiseta porque los europeos, con varios siglos más de experiencia social, son pragmáticos y el Estado incentiva educacional y económicamente al ciudadano a separar sus residuos en contenedores establecidos para tal efecto y si bien tienen una cultura eminentemente ecológica, han desarrollado también el sentido común asumiendo la realidad diaria de sus residentes, permitiéndoles utilizar la bolsa camiseta para depositar su basura doméstica, dejándolos vivir sin atormentarlos con medidas insensatas y radicales.
Nos guste o no, vivimos en la era del plástico. Aquel que impugne esta realidad debiera considerar afincarse en una montaña y vivir como sus ancestros cazadores recolectores, ya que todos los productos para su sobrevivencia de una u otra forma utilizan este material.
Es cosa de recorrer un supermercado y comprobar que más del 97 % de los productos, desde los porotos, pañales, embutidos, carnes o salsas hasta los tallarines, pasando por las bebidas "desechables", vienen en envases plásticos que se botan directamente a la basura una vez vaciado su contenido, por lo que empecinarse en eliminar sólo la bolsa camiseta, la única que tiene la doble utilidad de transportar mercadería y luego reutilizarse en la contención de residuos domiciliarlos, evidencia un proyecto incoherente y populista. Pareciera que no hay condena alguna sobre los descomunales residuos pesqueros y salmoneros, que degradaron la Región de Los Lagos, pero sí sobre la humilde bolsa camiseta que utiliza la dueña de casa en su cocina.
Por otra parte, las tan mentadas bolsas "ecológicas reutilizables" son... "de plástico tejido TNT", imposibles de degradar y no pueden contener pescados, mariscos, carne, alimentos frescos ni productos húmedos, pues se contaminan de inmediato con todo tipo de bacterias, emanando hedores por lo que deben eliminarse en poco tiempo. Cada una cuesta alrededor de $ 1.000, en comparación a los $ 15 de promedio de la camiseta (6.500 % más).
Algunos municipios, en abierta competencia desleal al comercio establecido, están regalando estas bolsas a los ciudadanos y mediante Ordenanzas ( inconstitucionales, según Contraloría, por lo que quedan expuestos a demandas privadas y colectivas ) están prohibiendo el uso de la bolsa camiseta, amenazando al comercio con multas draconianas e ilegales. Y, lo más paradójico, el resultado ha sido un pingüe negocio para los supermercados, que ahora venden las de TNT y han eliminado las camisetas, dejando cesantes a cientos de personas con necesidades especiales, adultos mayores o jóvenes universitarios, que obtenían unas monedas como empaquetadores y les permitían, al menos, ganarse la vida honradamente y/o pagarse los estudios.
Las consecuencias de estas Ordenanzas irreflexivas son desastrosas para la industria y sus trabajadores, el comercio, el medio ambiente y la mantención del aseo, higiene y limpieza de la ciudad.
Ante la imposibilidad de obtener la bolsa que le entregaba sin costo el supermercado o su almacenero, el vecino se verá obligado a comprar bolsas de basura "plásticas" para la evacuación de sus desechos. Los ciudadanos de menos recursos, como siempre, serán los que resentirán más aún su presupuesto. Eventualmente, por un imperativo económico, se usarán cajas de frutas, de cartón o papel periódico, para botar la basura si el salario no da para comprar las bolsas plásticas de basura. Los desperdicios se esparcirán por la ciudad, mientras Don Otto, haciendo gala de su ingenuidad, seguirá convencido que el problema era el sillón.
JORGE IVELIC SUÁREZ.
Nueva Constitución
La actual Constitución ha pasado a ser letra muerta en los procesos judiciales denominados "de derechos humanos".
A fin de evitar la manifiesta violación a la Carta Fundamental que está ocurriendo en tales procesos, sugiero suprimir en el proyecto de la nueva Constitución, los principios de supremacía constitucional, de legalidad y de irretroactividad de la ley penal (artículos 6º y 19 nº 3 incisos 8 y 9).
ADOLFO PAUL LATORRE. Abogado.