A propósito del Día Internacional de la Mujer conmemorado la pasada semana, resulta oportuno abordar el papel que cumplen las mujeres en la industria turística que forma parte de nuestra identidad provincial.
Durante la última década, el turismo ha crecido y la participación de las mujeres en ella también. La Organización Mundial del Turismo OMT en conjunto con la ONU, han sido claras en señalar en su "Informe Mundial sobre las Mujeres en el Turismo" (Global Report on Women in Tourism), que éstas son las que representan la mayor fuerza laboral de la industria. Y han subrayado tres cosas más: que tienden a concentrarse en los puestos de trabajo peor pagados y de menor consideración; que realizan un importante volumen de trabajo no remunerado en empresas turísticas familiares, y que la presencia de mujeres independientes es muy superior a la de otros sectores productivos.
El índice de crecimiento que tiene el turismo en nuestra provincia incluye a muchas mujeres. Esto trae consigo la responsabilidad de ver más allá del desarrollo económico. Debemos buscar la forma de convertirlo en un motor de transformación positiva para que a través de la gestión privada y pública, las mujeres tengan la oportunidad de mejorar su calidad de vida.
Se trata de reducir la brecha de género porque hay mujeres en el turismo que pueden llegar a ganar por el mismo trabajo que hace un hombre hasta un 15% menos de acuerdo con lo informado por la OMT, pero también de aprovechar el dinamismo que otorga esta actividad y el impacto directo que genera en la economía, para producir un cambio de percepción y potenciar el rol y la condición de mujer.
El emprendimiento es un buen ejemplo de cómo por medio del turismo las mujeres se empoderan y son conscientes de su fuerza; de su capacidad infinita de salir adelante, de demostrarse a sí mismas que pueden hacer grandes cosas: generar recursos, mover la economía familiar o sostenerla si se trata de una jefa de hogar, y de aportar al fortalecimiento de la cadena de valor turística su mirada femenina. Esa que entrega en los detalles la diferencia.
Cada uno de nosotros puede ayudar para que este proceso sea parte de nuestra cultura. Buenas prácticas como incluir la perspectiva de género en la gestión de las empresas, dar a las mujeres espacios en cargos de liderazgo, crear campañas publicitarias que no sean sexistas. Diseñar incentivos y co-financiamientos, combinados con planes de capacitación que permitan que la mujer mejore sus competencias laborales en horarios que pueda compatibilizar con su labor de madre, y asesorías para desarrollar sus ideas de negocios, son pasos reales que aportarán a que nuestra Provincia sea un destino sostenible.
Dalma Díaz Pinto, Presidenta ASEET Lagos y Volcanes