Tercera edad

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Cuando se ingresa a la tercera edad, como este simpático puertomontino, después de una vida de intenso trabajo, llega la hora de jubilar y de descansar, de compartir más con la familia y los nietos… Y de darse el gusto de disfrutar del encanto y sosiego en la Plaza de la ciudad, junto a las inquietas palomitas que reciben su cariño. (Nicole Hernández).