A la memoria de Alfredo Espinosa W.
Este recordado jefe de informaciones de El Llanquihue y director Ewaldo Hohmann, lideraron una etapa relevante del Diario.
Las huestes periodísticas de antiguo cuño y profundo arraigo y compromiso con el desarrollo de Puerto Montt, han continuado diezmándose, tras el reciente deceso del colega Alfredo Espinosa Wellmann, quien fuera por varios años ponderado jefe de informaciones del nuestro Diario El Llanquihue de Puerto Montt y brazo derecho del emblemático Director de este matutino Ewaldo Hohmann Jünemann, que en 1967 recibiera el Premio Nacional de Periodismo.
De cultísimo bagaje intelectual, enriquecido por su pasión lectora de los grandes literatos del mundo; de inspirada y galana pluma; sereno y prudente en su proceder comunicacional; caballeroso y de fino trato con sus subalternos y la comunidad, Alfredo Espinosa se complementaba a la perfección con el director Ewaldo Hohmann en la conducción de El Llanquihue. Rotativo que, sobre todo, desde ese entonces ha sido irrenunciable baluarte de apoyo al progreso de la hoy capital regional y potente voz de los más necesitados y frágiles, así como estímulo para aquellos que anhelan ser un aporte a las aspiraciones de un mejor futuro.
Alfredo Espinosa será recordado por su contribución a la consistencia cultural de El Llanquihue, su objetividad periodística y de identificación con el patrimonio humano e histórico de Puerto Montt.
Por eso es que ahora, al saber de su fallecimiento, las dos escritoras y poetisas más representativas de este terruño y del sur -Antonieta Rodríguez y Mónica Jensen- , han escrito y publicado en nuestro Diario sendas cartas en su memoria. Conmovedores adioses llenos de cariño, admiración y gratitud hacia Don Alfredo, como le han llamado. Porque él, con su proverbial amabilidad y sapiencia, siempre las recibió con afectuoso cariño paternal y les brindó los mejores consejos relacionados con el ámbito literario. Lo que las dos supieron asimilar, agradecer y jamás olvidarán.
Gracias a Dios, que con la muerte física no todo acaba. Pues, al perdurar el noble ejemplo de vida, quien ha partido sigue vigente en sus imitadores.